Las obras de restauración de la Casa Botines de Gaudí en León, que comenzaron el pasado 13 de noviembre, han desvelado aún más secretos de este emblemático edificio que Gaudí construyó para Mariano Andrés González Luna y Simón Fernández.

Esta intervención que FUNDOS ha encargado al arquitecto leonés Félix Compadre Díez y que lleva a cabo la empresa Trycsa, se centra en la limpieza de la piedra de la fachada principal del edificio y de la restauración de la carpintería y de las rejas que defienden el edificio.
De esta manera, las restauraciones han comenzado por la carpintería exterior, que según la información publicada por el Diario de León, avanzan con normalidad. En esta primera intervención se remplazan cristales, herrajes y mecanismos de apertura de varios ventanales. De esta manera, los nuevos cristales permitirán que el edificio no esté tran expuesto a la degradación producida por los rayos ultravioletas.

Un fósil incrustado en la fachada
Sin embargo, esta intervención inicial que afecta a la carpintería no ha sido lo más relevante del inicio de la rehabilitación, pues en una de las piedras de la fachada se ha encontrado un fósil que está siendo analizado por geólogos para determinar los detalles del mismo.
Así pues, los secretos de la Casa Botines se siguen sucediendo, pues ya hace dos años se descubrieron decenas de pequeños dragones tallados en madera que Gaudí disimuló en las agujas de las torres del edificio, incluso se cumplen más de 50 años desde que se encontraron los planos originales que Gaudí había ocultado en tras la estatua de San Jorge.
Dichos planos se encontraban detrás de dicha estatua y se encontraron cuando en 1951 Andrés Seoane replicaba la estatua modelada por el escultor Matamala Piñol, desde entonces los secretos de Gaudí han ido sucediendose desvelando una historia oculta en la Casa Botines.

Segunda restauración del edificio
Esta no es la primera intervención que se lleva a cabo en la Casa Botines, pues ya en los años 90, Félix Compadre participaba en la primera restauración que se llevaba a cabo. En aquella época estaba dedicada a la instalación de la desaoarecida Caja España, que se instalaría en el edificio de Gaudí.
Así, el edificio se adaptó a las necesidades de la entidad financiera, acomodando el interior y dejando 'olvidado' el exterior. En esta nueva intervención, la intención es devolver a Botines su estética original, es decir, volver a convertirlo en "el palacio de hielo" que planteó Gaudí.