Desde este lunes, 9 de octubre, el Ayuntamiento de León comenzará las obras de urbanización de la vía de penetración norte. La primera fase de esta actuación afectará a un tramo de la calle Palomera (entre las calles Monja Etheria y San Juan de la Cruz) y su conexión con la calle Perales a través de la calle Espejo.
Debido a que ambas calles quedarán cortadas para el tráfico rodado, el Consistorio leonés ha propuesto desvíos provisionales e itinerarios alternativos para los conductores. Estas obras, que tienen su final previsto en el mes de noviembre, tras su finalización el Ayuntamiento informará de los nuevos desvios de tráfico planteados para la segunda fase de actuación.

Desvíos e itinerarios alternativos
La primera fase de las obras afectan a los conductores que circulen por la calle Alfonso el Justiciero. En este caso, hasta ahora podía tomar la calle Espejo para dirigirse a San Juan de la Cruz, una opción que ya no será posible, por lo que deberán avanzar por la calle Perales hasta la plaza San Lorenzo donde se habilitará un giro alternativo a la calle Espejo que permitirá a los conductores volver hacia la calle Palomera o dirigirse hacia la calle Arquitecto Ramón Cañas.
Además, el Ayuntamiento de León plantea a los conductores un itinerario alternativo desde el Espolón tomando la calle Concha Espina para dirigirse a la avenida de Nocedo para entroncar con Jorge de Montemayor por la calle Jaime Balmes.
Proyecto completo
Las obras proyectadas al completo afectan a las calles Fernando I, Alfonso el Justiciero y un tramo de la calle Palomera, así como los entronques con las calles Séneca, Cuchilleros, Felipe II y Pelayuelo y Perales.
Estas actuaciones permitirán crear una nueva vía para el tráfico rodado que anteriormente circulaba por la calle Carreras y la avenida Los Cubos, hoy ya peatonalizadas. La intervención está incluida en el Plan EDUSI León Norte, por lo que está cofinanciada con fondos FEDER. La adjudicataria de las obras ha sido la empresa Avan Integral SL por un importe de 1,5 millones de euros.
La nueva calle resultante tras las obras contará con dos carriles de tres metros y medio de ancho, uno para cada sentido de la circulación, y un vial auxiliar con 27 plazas de aparcamientos. Los trabajos que se llevarán a cabo pasan inicialmente por la demolición de los pavimentos existentes en el área objeto del proyecto así como el saneo de la antigua zona ocupada por los terrenos expropiados.
Las obras se aprovecharán para renovar la red de saneamiento y abastecimiento así como para habilitar nuevas canalizaciones para la red de energía eléctrica, de gas y telecomunicaciones. La actuación se completa con la instalación de nuevas luminarias, señalización y mobiliario urbano.