Silvia Fernández Peral, de 40 años, con dos hijos de 12 y cuatro años y vecina de Navatejera, lucha desde hace más dos años contra un cáncer que en España tiene una incidencia de 0,4 a 1 por cada 100.000 habitantes al año y que se encuentra en un punto del cuerpo en el que es muy difícil de detectar.

Pese a que Silvia lucha contra un Adenocarcinoma Mucinoso de Yeyuno (parte media del intestino delgado) desde 2021 su primera operación para paliar los efectos del cáncer fue en mayo de 2023. Según ha relatado ha este medio, “todo comenzó con vómitos diarios, y avanzó hasta unos 20 vómitos al día con los que llegué a quedarme sin conocimiento".
"Los médicos de urgencias siempre me daban la misma respuesta, gases o una piedra en el riñón”, además asegura que "los dolores eran horribles, mis hijos me vieron pasarlo realmente mal, gritando porque me veía morir del dolor".
Silvia llegó ha presentarse en el Hospital hasta siete veces y en ninguna ocasión, los médicos incidieron más en su caso. Ella no cesó en sus intentos por conocer la realidad de su situación, pero no fue hasta que, “después de desmayarme cuando había pasado cuatro días vomitando”, llegó al Hospital en una situación crítica, y entonces, el personal sanitario comenzó a preocuparse “de verdad” por lo que le pasaba.
Con su ingreso en el Hospital en abril de 2023, Leticia Padilla, ginecóloga del CAULE insistió y se preocupó por su caso, por lo que le acabaron descubrieron masas cancerígenas en los ovarios. Entonces, se llevó a cabo una intervención quirúrgica en la que le extrajeron uno de los ovarios, las trompas de falopio y una especie de "telillas" que estaban agarradas al peritoneo.

Tras la primera operación, Silvia tuvo una recaída y un mes más tarde tuvo que volver a ser intervenida para eliminar más masa cancerígena de sus órganos, llegando a extraerle "unos 25 centímetros de intestino delgado”, que seguían provocando los vómitos que padecía. Por desgracia, esta segunda intervención tampoco terminó con la enfermedad y estudiando las posibilidades de una tercera intervención, los sanitarios llegaron a la conclusión de que sería inviable pues solo conseguiría que la masa volviese a desarrollarse.
Desde julio de 2023, Silvia ha pasado por diferentes tratamientos de quimioterapia que solo sirve “para mantener y que no crezca, pero eso no ayuda a que pueda tener una oportunidad de curarme”. Por ello, y con el apoyo de Leticia a la que dio las gracias porque “si no llega a ser por ella, me hubiesen hecho de todo y el cáncer seguiría ahí”, Silvia siguió investigando con la intención de buscar un tratamiento con el que poder curarse.
Es así, gracias a la investigación, como llegó hasta la doctora Delia Cortés Guiral del Instituto Viamed de Cirugía Oncológica Avanzada de Viamed, IVOQA, ubicado en Madrid. Según relata, “consultando mi caso con ella, hemos llegado a una posible solución”, que se trata de tres sesiones de ePIPAC que se realizó por primera vez en España en julio de 2023 y lo llevó a cabo esta misma doctora y su equipo.
Según el propio Instituto, “esta intervención mínimamente invasiva, consiste en administrar por laparoscopia dentro del abdomen quimioterapia convertida en aerosol y presurizada (PIPAC). A esto se le añade la última tecnología de ePIPAC, que consiste en añadir una precipitación electrostática para aumentar la penetración de la quimioterapia en los nódulos tumorales y mejorar la distribución de esta dentro del abdomen”.
A pesar de haber encontrado la posible solución, Silvia no puede permitirse los 11.100 euros que cuesta cada sesión de esta intervención, debido a que durante todo el tiempo en el que ha estado expuesta al proceso anterior, al cual se sigue sometiendo, “el bar en el que trabajaba ha cerrado” por lo que ha comenzado un ‘crowdfunding’ en la plataforma 'gofundme.com' con la esperanza de recibir el apoyo necesario para poder costear los gastos que supondría esta operación.
En menos de un mes, Silvia ha conseguido “unos 8.000 euros entre la plataforma y algunos amigos y familiares que me han transferido dinero directamente”, pero ese dinero no cubre ni tan si quiera un tercio de todo lo que necesita para poder volver a luchar de forma práctica contra el cáncer. La lucha no le ha quitado la sonrisa a Silvia, y mucho menos las ganas de vivir por lo que ahora que “ya solo tengo el no” va a seguir insistiendo hasta poder curarse y seguir viendo crecer a sus hijos.

Posible denuncia por negligencia
Silvia ha declarado que debido a la obstrucción en el intestino delgado que le provocaba los vómitos “podría haber muerto, pero como eres joven, ¿cómo vas a tener un cáncer?”, por ello y por el descontento con el trato recibido, ha pensado en comenzar un proceso legal en contra de los médicos de urgencias por su mala praxis.
Según comentó, “lo han hecho todo mal y ha sido terrible”, incluso el Jefe de Digestivo del Hospital de León le preguntó sobre como había llegado hasta ese punto, “me dijo que si había ido a urgencias con el mismo cuadro y no me habían hecho algún escáner”.