A comienzos del año 1973, nacería en el seno de la Guardia Civil el Grupo de Helicópteros, conocido hoy en día como el Servicio Aéreo (SAER).
El 9 de enero de 1973, la Guardia Civil recibiría los dos primeros helicópteros del modelo BO-105, de fabricación alemana, si bien el primer servicio no se realizaría hasta el 15 de junio de 1973 en cometidos de orden público en Pamplona.
De aquel primer Grupo de Helicópteros con el que comenzó su andadura el Servicio Aéreo, poco a poco con el paso de los años se irían creando las Unidades Periféricas hasta un total de 14 Unidades Aéreas, integradas en 5 Sectores Aéreos, repartidas por la geografía española, varios Destacamentos eventuales nacionales y en el extranjero, destacando entre otros Ceuta y Melilla (España), y Mauritania, así como misiones en Senegal, Italia o Grecia.
Con la creación en 2007 del Grupo de Aviones se ha producido un cambio cualitativo en el aspecto geoestratégico y operativo, posibilitando la vigilancia marítima lejos de nuestras costas.
Desde el año 2015, el Servicio Aéreo forma también a sus Guardias Civiles para la gestión y control de RPAS (Drones) en la Guardia Civil.
Los diversos requerimientos de servicio y la disponibilidad presupuestaria han conformado la actual flota de aeronaves de la Guardia Civil, compuesta por cuatro modelos diferentes de helicópteros y dos de aviones.
A lo largo de sus 50 años de vida, el Servicio Aéreo de la Guardia Civil ha realizado más de 350,000 horas de vuelo, participando en más de 100,000 actuaciones; solamente en el último año se han realizado casi 10,000 horas de vuelo y se han prestado más de 6,000 servicios. Entre los servicios prestados destacan la búsqueda de desaparecidos, evacuaciones y rescates, naufragios, la lucha contra el tráfico ilegal de personas y mercancías en costas y fronteras, y la lucha contra el narcotráfico. Como ejemplo de su labor, el Servicio Aéreo de la Guardia Civil participó en las labores de auxilio y rescate en la riada que arrasó el Camping Las Nieves en Biescas (Huesca) en 1996, en operativos como la catástrofe del “Prestige” en 2002, en las labores por la erupción del Volcán de La Palma en 2021, o en la detección de varios narcosubmarinos en la costa norte española.
Se le han otorgado la medalla de Oro al mérito de la Protección Civil por la colaboración en las inundaciones que afectaron a la provincia de Lleida en 1982, la Gran Cruz de Caballero de la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania por el rescate de marinos de un buque alemán a la deriva, o la Medalla del Congreso de EEUU por el rescate y salvamento en Sierra Nevada de dos oficiales americanos, entre otras condecoraciones.
Además, el Servicio Aéreo de la Guardia Civil participa habitualmente en diferentes actividades promovidas desde la Agencia FRONTEX, cursos, grupos de trabajo y Operaciones como Hera en Mauritania, Hermes en Italia, Poseidón en Grecia e Indalo en Almería y Málaga.
De apenas 20 componentes de diferentes empleos y 2 helicópteros con los que comenzó a funcionar el Grupo de Helicópteros (hoy SAER), en la actualidad, el Servicio Aéreo de la Guardia Civil lo componen más de 400 efectivos y cuenta con una flota de 41 unidades, de las cuales 38 son helicópteros y 3 aviones, asignados a 14 unidades operativas repartidas por todo el territorio nacional, además de varias unidades fundamentales de apoyo situadas en Madrid.
En cuanto a personal, su plantilla la forman Guardias Civiles con las especialidades de Pilotos, Mecánicos de Aeronaves, Operadores de Sistemas y personal auxiliar y de apoyo a las misiones aeronáuticas. Sus misiones principales son de colaboración con otras unidades de la Guardia Civil, aunque destaca primordialmente en la faceta benemérita, como son la realización de servicios humanitarios y de auxilio.
Con el actual despliegue, el Servicio Aéreo puede atender los requerimientos o solicitudes de apoyo que se le efectúen desde cualquier punto.