La astronauta leonesa Sara García vive estos días en Burdeos (Francia) una de las experiencias más "impresionantes" dentro de su formación en la Agencia Espacial Europea (ESA), los vuelos parabólicos, que reproducen la sensación de ingravidez.
Para llevar a cabo este tipo de entrenamiento, un avión especial asciende y desciende en ángulos de 45 grados, generando en la parte más alta de la trayectoria unos 20 segundos sin gravedad por cada una de las 30 parábolas realizadas por vuelo.
Sara ha expresado que este tipo de vuelos son "como subirse a una montaña rusa gigantesca", todo ello antes de reconocer la dificultad que supone la adaptación a este tipo de entrenamiento, ya que "Al principio parece imposible desenvolverse en ingravidez: evitar chocar con alguien o no salir catapultado ya parece un reto. Pero, tras varias parábolas, cuerpo y mente se adaptan y flotar se vuelve algo natural".
Además de ser un entrenamiento clave para los astronautas, estos vuelos innovadores permiten alcanzar importantes avances tecnológicos y científicos. De esta manera, la leonesa realizará un total de dos vuelos más a lo largo de la semana en los que experimentará decenas de minutos en microgravedad.
"Es difícil describirlo con palabras. ¡Qué pasada!”, confesó la astronauta leonesa, que seguirá compartiendo con detalle sus vivencias en este exigente entrenamiento.
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