El V Batallón de Intervención en Emergencias de la UME, con sede en Ferral del Bernesga (León), rastreó hoy la zona de La Albufera de Valencia, específicamente en el área del término municipal de Massanasa.
Lo hace con la idea de encontrar a parte de los casi cien desaparecidos que ha provocado la Dana de la semana pasada en la Huerta Sur de Valencia, después de que se hayan confirmado ya más de 200 fallecidos. Hay indicios de que allí podrían hallarse cuerpos.
Mediante batidas a pie, kayaks y el equipo cinológico, los integrantes de la UME peinan un área a la que fueron arrastrados cientos de vehículos y numerosos efectos humanos y de viviendas. La fuerza de la riada lanzó todo esto por encima de la autovía V-31, Pista de Silla, en su camino al Mediterráneo, buscando una salida natural.
Un equipo de Ical acompaña a la UME en la zona. Es complicado acceder, por estrechos caminos semiasfaltados, en un paraje donde la Rambla del Poyo divide La Albufera en dos zonas, hacia el norte y el sur. Es hacia la primera donde se ha dirigido toda la bravura de la riada: coches volcados en campos de naranjos, arrozales cubiertos de agua y fango, y miles de objetos detenidos por ramas. Un camión intenta extraer dos coches semienterrados bajo la huerta valenciana. El trabajo en esta zona será arduo.
Una vez más, la UME se abre camino para ayudar, transmitiendo tranquilidad en un operativo en el que algunos familiares de desaparecidos se han dejado ver, expresando su deseo de encontrar a sus seres queridos para darles un final digno. Otros cuerpos podrían estar más allá de la playa del Saler; ayer, la Guardia Civil encontró tres cuerpos cerca de donde hoy trabaja la UME.
“Estamos desplegados en una gran área, divididos en varios sectores, con una búsqueda lineal”, indica el capitán Adrián Vives, quien admite que “nunca había visto” una catástrofe natural de esta envergadura.
La inteligencia del perro
Al llegar a los estrechos caminos de La Albufera, una zona natural destacada de la Comunidad Valenciana, Vives informa a sus compañeros observando en una gran pantalla las imágenes del dron que sobrevuela la zona.
Pero es Uruk, un Pastor Belga Malinois especializado en búsqueda de cadáveres, el favorito del equipo. Fue el primer can en encontrar un cuerpo sin vida el pasado sábado en La Alcudia. Junto a él hay otros tres perros de búsqueda de personas vivas, que aún no han tenido éxito.
“¡Uruk! Ven bonito, sigue por aquí!”, le indica el brigada Jesús Monjardín, uno de sus entrenadores, quien explica que primero el ojo humano revisa la zona por cuadrículas para no duplicar esfuerzos, y luego el animal profundiza en áreas con indicios, donde se detiene y ladra sin parar.
“Allí, el perro marcó”, el término que usa la UME cuando un perro huele algo que puede indicar la presencia de una persona fallecida. En ese caso, el cuerpo estaba bastante enterrado por el fango. “Después de que el perro lo encontrara, tuvo que entrar maquinaria pesada y avanzamos en formación de guerrilla”, expone Monjardín, acompañado de tres compañeros del equipo cinológico.
Con ellos trabaja un pelotón de Intervención en Emergencia Natural (PIEM) de la UME, compuesto por 18 militares, además de una sección del grupo técnico Canarias y otra de la Brilat, quienes apoyan en estas tareas junto a un equipo de Policía Militar y drones.
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