León dirá adiós en los próximos meses a una de sus obras más controvertidas. La fuente monumental de la glorieta de Pinilla, levantada en 2004 con 220.000 euros será demolida al término de este año. Así lo ha decidido el Ayuntamiento, que pone fin a más de dos décadas de controversia sobre un proyecto que no logró conquistar a los vecinos.
La fuente ocupa casi 1.800 metros cuadrados de hormigón y acero, repartidos en cinco plataformas con juegos de agua y luz, pese a su estética, el resultado no fue bien recibido. A su estética, se le suma el ruido constante, las averías y un mantenimiento que costaba más de mil euros al mes alimentaron el descontento vecinal.
El impulso definitivo para su desaparición ha llegado de la mano de la Unión del Pueblo Leonés (UPL). La propuesta que llevaba años sobre la mesa siempre había chocado con la preocupación por los costes de demolición. Esta vez, sin embargo, el Ayuntamiento ha dado luz verde y ya trabaja en el proyecto que transformará por completo la glorieta.
En el espacio que hoy ocupa la fuente se levantará una escultura de acero de 7,5 metros de altura, obra del artista leonés Conrado Zurdo Álvarez. La pieza, que representará dos árboles entrelazados, formará parte de una rotonda ajardinada y contará con iluminación ambiental.
El conjunto, valorado en 48.345 euros, se enmarca dentro de una partida de 150.000 euros acordada entre el equipo de gobierno y UPL, que cubrirá tanto la demolición como la remodelación del entorno.
El pasado de la glorieta de Pinilla
No será la primera transformación que sufre esta glorieta, pues antes de la fuente, un viejo vagón de mercancías coronaba el centro del cruce como homenaje ferroviario. Su sustitución por la actual estructura pretendió poner fin a las críticas, aunque solo inauguró un nuevo capítulo de ellas.
Veintiún años después, el hormigón y los chorros de agua darán paso a una composición más sencilla, sin motores ni focos. Si los plazos se cumplen, las máquinas entrarán en acción antes de diciembre y la nueva escultura quedará instalada en los primeros meses de 2026.
De nuevo el Consistorio, busca poner fin a una larga historia en la que la polémica ha sido la protagonista de una fuente que miles de leoneses ven todos los días al pasar por la entrada del barrio de Pinilla que comparten San Andrés del Rabanedo y León.
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