La Delegación de Misión Samaritana de la Diócesis de León mostró este martes su “preocupación” por las “reacciones de desconfianza y rechazo” ante la próxima apertura del Centro de Atención a Personas Migrantes en el Chalé del Pozo de León, por lo que hicieron un llamamiento a “superar recelos y a recibir a los migrantes con apertura y comprensión”.
“La convivencia con personas emigradas es una oportunidad para el enriquecimiento mutuo”, recordaron desde la Delegación, así como que “las personas migrantes no son un problema, sino portadoras de talentos y experiencias culturales valiosas”, por lo que alentó a la sociedad a “no considerar al migrante como una amenaza y a reconocer su dignidad como persona, superando los prejuicios que el desconocimiento, el miedo y la desinformación puedan provocar”.
Asimismo, invitó a todos los cristianos de la Diócesis a “escuchar el mensaje de Jesucristo”, que “llama a ser agentes de hospitalidad, promotores de la cultura del cuidado y constructores de puentes entre aquellos que son diferentes”. Igualmente, animó a todos a “trabajar por una cultura de la justicia a nivel global, donde nadie se vea forzado a emigrar de su tierra”.
“Invitamos a todos los agentes pastorales a destacar la contribución positiva de las personas emigradas al bien común de la sociedad, evitando actitudes racistas y aporofóbicas y fomentando la cultura del encuentro fraterno y la ayuda que dignifica”, concluyó.
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