Doritos sorprendió a sus seguidores al anunciar el fichaje reciente de la activista Samantha Hudson como embajadora de la marca, generando gran expectación en las redes sociales. Sin embargo, tan solo dos días después del anuncio, la compañía tomó la inusual decisión de desvincularse abruptamente de Hudson, retirando la campaña publicitaria de 50 segundos en la que la leonesa era la protagonista.
La decisión de Doritos fue motivada por amenazas de boicot en redes sociales, las cuales surgieron como respuesta a la noticia del fichaje de Hudson. La marca optó por retirar la campaña publicitaria para evitar posibles daños a su reputación.
En un comunicado oficial, Doritos confirmó la ruptura de la relación contractual con Hudson y mencionó las publicaciones de 2015 como la principal causa. La empresa mencionó que, si bien la activista se había disculpado por esos contenidos en el pasado, consideraban que no se ajustaban a los valores de la marca.
Dos días después de anunciar una colaboración, la empresa, ha decidido terminar el contrato y eliminar el anuncio de 50 segundos que habían producido con ella. La noticia ha trascendido a nivel internacional, llegando incluso a la revista Rolling Stone, quien se puso en contacto con la compañía. Según el medio estadounidense, el martes por la mañana, un día después de la publicación del video, la empresa revisó los comentarios, retiró el anuncio y rescindió su contrato con la persona involucrada. Un portavoz de la marca explicó: "Hemos concluido la relación y suspendido todas las actividades relacionadas con la campaña debido a los comentarios".
Entre los tweets publicados por Hudson, había expresiones como "odio a las mujeres que son víctimas de violación y recurren a centro de autoayuda", "odio a las niñas de 12 años que abortan para continuar sus estudios", "me gustan los vídeos en los que atropellan gente" o "quiero hacer cosas gamberras, como meterme a una niña de 12 años por el ojete".
Las reacciones en las redes sociales no se hicieron esperar. Algunos usuarios criticaron a Doritos por su decisión de fichar a Hudson en primer lugar, mientras que otros defendieron a la activista y lamentaron la ola de violencia y descalificaciones que recibió.
Hudson lamentó los mensajes violentos y descalificaciones recibidos, explicando la intención humorística detrás de los tweets y pidiendo que no se descontextualizara su contenido. La activista negó una acusación falsa relacionada con un tweet fechado en 2014, argumentando que su cuenta se creó en 2015 y denunció un juicio público injusto al sobredimensionar tweets de hace nueve años, cuando era menor de edad.
En un tono firme, Hudson rechazó el escarnio público con motivaciones ideológicas y acusó de injurias y difamación a aquellos que contribuyeron a la campaña de desprestigio en su contra. La controversia en torno a este breve fichaje y su desvinculación ha dejado a Doritos en el ojo del huracán, obligándola a manejar la crisis reputacional generada por la decisión y las reacciones en redes sociales.