Jaime Mayor Oreja ha sido, entre otros cargos, ministro del Interior durante el Gobierno de José María Aznar, candidato a lendakari en el País Vasco en 2001 y eurodiputado por el Partido Popular durante una década.
Hoy, alejado de la política activa, es el presidente y uno de los impulsores de la Fundación Neos, “una alternativa cultural basada en fundamentos cristianos” que nació en 2021 con el “compromiso” de “explicar la gravedad de la situación” que atraviesa el país y también Europa.
Convencido de que España “está gobernada por un Frente Popular” que requiere de una “alternativa”, de que ETA “se ha convertido en el principal proyecto político del País Vasco” y de que “se prevé una Cataluña muy compleja por el ‘outsider’ que es Puigdemont”, Mayor Oreja alerta de la existencia de un “riesgo importante de balcanización” y de que “hay una estructurara distinta que va a presidir España y que se producirá probablemente después de las elecciones europeas”.
El lunes visitará León para presentar la Fundación que preside, Neos, y lo hará acompañado de la vicepresidenta de la misma, la directora del Observatorio CEU de Víctimas del Terrorismo, María San Gil. También estarán la exministra de Educación y Cultura, expresidenta del Senado y expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, el profesor emérito de Honor de la Universidad de León y académico de Honor de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, Fernando Arvizu, y el profesor en Historia Contemporánea por la Universidad San Pablo CEU, Alberto Bárcena.
¿Qué es la Fundación Neos?
Es una alternativa cultural sobre fundamentos cristianos que nació hace más de dos años. Fundamentalmente, es un compromiso con la verdad para explicar la gravedad que la situación que atravesamos. Desde hace tiempo hemos dicho que España está gobernada por un Frente Popular y que nuestra crisis es de fundamentos y los hechos nos están dando la razón. Pretendemos concienciar, explicar la gravedad del momento que vive España, porque no es ninguna broma lo que anunció Sánchez cuando dijo que no iba a dimitir.
¿Cómo se explica esa situación?
Lo que pretendemos es decir que lo que vivimos no es una crisis política o económica, sino de fundamentos y que se asienta en la mentira. Nos habían dicho que no es un Frente Popular, y lo es; que no hay riesgos en la libertad de expresión, y los hay; que no había riesgos en la nación, y hay un riesgo importante de balcanización. La elecciones vascas ya se han producido y faltan catalanas, pero lo grave es la lectura que hará Sánchez cuando diga que hay que dar un salto en la dirección de la autodeterminación para hacer una lectura democrática de lo que sucede. En definitiva, los ámbitos son varios pero al final sufre la libertad, la verdad, la nación y los fundamentos establecidos a lo largo de mucho tiempo.
¿Cómo nació la Fundación Neos?
Habíamos hecho un esfuerzo previo con la Fundación Valores y Sociedad, que se puso en marcha cuando yo todavía estaba en el Parlamento Europeo y en el final de mi etapa hubo una Federación Europea en Defensa de la Vida. Al final, conjuntamente con el Observatorio CEU de Víctimas del Terrorismo e inicialmente con otras instituciones decidimos que hacía falta presentar una alternativa sobre fundamentos cristianos en nuestra sociedad. Es una convicción que se ha ido produciendo de que esta es una crisis grave de fundamentos y de que hay que dar una alternativa al Frente Popular en España o a ETA en el País Vasco.
¿Quién forma parte de la Fundación?
Es un intento de unir a muchas fundaciones con las que trabajamos en colaboración, pero en términos concretos yo soy el presidente y María San Gil la vicepresidenta, por hablar de las dos personas con mayor representatividad.
El lunes se presenta en León, ¿cuenta con representación en León?
En la presentación contaremos con la intervención de personalidades leonesas, pero el objetivo es que se constituya como se ha hecho en Valencia, en Sevilla, en Pamplona, Salamanca, Santiago y en otras ciudades. Queremos que en León haya un grupo, como el que ya hay en Valladolid, que tenga como objetivo el debate cultural en la sociedad y que esté pendiente de dar importancia la debate de carácter cultural, que es esencial y los partidos no lo hacen.
¿En qué pilares se asienta la Fundación?
La vida, la cultura, la dignidad de la persona y la familia, la verdad, la libertad de expresión, la libertad religiosa, lo que significa España como nación, la corona y las amenazas globales. Hay otros muchos temas sobre los que no damos opinión, porque no estamos en la economía o en la seguridad, pero hemos elegido unos fundamentos sobre los que creemos que hay que hacer una defensa singular. Se dice que por defender los fundamentos se es fundamentalista, pero yo pienso que así estaremos siendo un poco previsores y precursores del debate que caracterizará las sociedades occidentales.
También defienden el humanismo cristiano, ¿en qué consiste esa defensa?
Queremos que la gente entienda que hay unos fundamentos cristianos que han caracterizado nuestra sociedad. Hay un equilibrio que se ha roto, porque el creyente no puede nunca imponer su fe, pero tampoco puede esconderla y lo que no se ha producido es una defensa de que, al final, nos alienta alguna fe. Hay también una crisis de referentes permanentes, singularmente la fe, como ocurre en el País Vasco, donde la religión nacionalista ha sustituido a otra, que es la católica.
El nombre de Neos deriva de las iniciales de los cuatro puntos cardinales y su símbolo es una brújula, ¿hacia qué rumbo guía esa brújula?
Vamos hacia el desorden máximo en España y en Europa. Hace falta una brújula para encontrar la dirección adecuada, que nunca es el pasado ni la nostalgia de ningún tipo, pero sí hay que tener una dirección para saber hacia dónde caminamos y cuál es la pirámide de valores. La característica principal que nos persigue es el desorden y no sé si somos conscientes de que el hecho de que haya ganado el proyecto político de ETA, de que haya un escenario retorcido en Cataluña o una dimisión en diferido del presidente del Gobierno no son casualidades, sino la expresión de un desorden. Están sucediendo cosas realmente extrañas y solo propias del desorden.
¿De qué forma se puede influir en ordenar el debate social, cultural y político del país?
No nos gustaría que fuese un escenario traumático. Sabemos que cuando se organizó un Frente Popular en 1935 se aplicó la violencia y al final hubo guerra, por eso decimos las cosas para advertir que se están repitiendo los mismos ‘ticks’ pero en otra sociedad, por lo que hay que tratar de evitar soluciones traumáticas. Nuestra labor es la concienciación sobre que se están produciendo hechos políticamente graves en una sociedad que no está enfrentada pero a la que están poniendo todos los ingrediente necesarios para que llegue algo traumático de esa polarización y hay que evitarlo.
¿Qué lectura hace de lo ocurrido en la última semana con Pedro Sánchez?
Hay que sumar que el proyecto de ETA ha ganado en el País Vasco, la extraña anomalía insólita del modo de no dimitir un presidente, lo que está pasando en Cataluña, el papel de Puigdemont, la sensación de que es una comunidad que parece ingobernable… Todo son anomalías y, cuando hay anomalías, hay consecuencias anómalas. Creo que hay que analizarlo todo en su conjunto porque está claro que algo está pasando.
¿Y del resultado de las elecciones del 21 de abril en el País Vasco?
La anomalía de que el proyecto político de ETA ha ganado las elecciones. El único proyecto es el de ETA, Bildu no existe, y ha ganado en dos tercios de los ayuntamientos vascos. Una banda terrorista que ha matado a aproximadamente mil españoles se ha convertido en el principal proyecto político del País Vasco porque ha habido un proceso que ha permitido que ETA gobierne y que lo arrancó Zapatero pactando con ellos. Es un proceso tradicional básico de paz: deja de matar y tú tendrás el poder, es decir, paz y poder para los terroristas, así que hoy tenemos el poder para ETA en una fecha relativamente pronto. Nos hemos pasado muchos años diciendo que los españoles hemos derrotado a ETA y ahí está otra mentira, porque no se la derrotó, sino que se pactó un proceso que es el que se está sufriendo.
¿De qué forma considera que se podría poner fin a ese proceso?
Primero vamos a tener un reto con España. La lectura que haga Sánchez tras las elecciones catalanas es inquietante, porque seguro que el planteamiento será decir que hay que dar un salto, dejar la Constitución, adaptarse a la democracia y hacer una España confederal en la dirección de la autodeterminación. Hay que pensar que hay una estructurara distinta que va a presidir España y que se producirá probablemente después de las elecciones europeas. Para Sánchez todo es extrema derecha y los resultados europeos van a confirmar un avance de la extrema derecha en Europa, así que dirá que hay que hacer es dar un salto y fortalecer un Frente Popular de izquierdas, que es lo que se está produciendo.
¿Qué vaticina que ocurrirá el próximo 12 de mayo en Cataluña y a partir de entonces?
Pasará algo parecido al País Vasco, con la diferencia de que, de la misma manera que ETA ha ganado en el País Vasco y la suma del PSOE, ETA y Sumar ya se adivina que hará que el Frente Popular de Izquierdas gobernará en poco tiempo, en Cataluña todo es distinto porque hay un ‘outsider’ que es Puigdemont, que está fuera de la ecuación y que de alguna manera perturba a todos, a los que creemos en España y también a los que creen en el Frente. Han adelantado las elecciones porque eran conscientes de que ahora puede tener más debilidades que dentro de unos meses y se prevé una Cataluña muy compleja porque la irrupción de Puigdemont está fuera de la ecuación.
Ha dicho en alguna ocasión que “no habrá regeneración de la Unión Europea si no recuperamos el alma de Europa”. ¿Cómo se puede recuperar ese alma?
La Unión Europea nació con alma pero sin cuerpo. En 1948 había un alma que era que no podían volver a matarse entre ellos y hoy tiene un cuerpo -Consejo, Comisión, Parlamento e instituciones muy bien financiadas- pero está perdiendo el alma, la cohesión y los fundamentos. Hay que hacer algo y tenemos que recuperar un sentido de la transcendencia porque no solo son instituciones sin alma, sino que deben tener un significado.
¿Pasa el futuro de Europa por la Agenda 2030?
Pasa el final de Europa por la Agenda 20230, que es una obsesión para construir una sociedad radicalmente distinta a la actual. Desprecia a los agricultores, al sector primario, los fundamentos cristianos y las instrucciones que le han dado sentido, como el papel del hombre, la familia o la sociedad y tiene en su núcleo un veneno con un brillante envoltorio, porque pretenden crear una sociedad de nuevo cuño que, en buena medida, ya nos está llevando al desorden en el que vivimos en el mundo Occidental.
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