La Fundación Franz Weber ha felicitado este lunes al conjunto de la ciudadanía maragata por haber "dado la espalda" a la novillada celebrada el pasado fin de semana en la plaza de toros de Astorga, que cosechó un "estrepitoso fracaso de asistencia" y para la fundación confirma que "la tauromaquia no despierta un interés mayoritario en la localidad".
El propio consistorio sirvió como “taquilla” y para regalar entradas a personas menores de 18 años, aunque las vecinas y vecinos de Astorga han "dado la espalda a esta convocatoria". "Menos de media plaza a pesar del ingente apoyo institucional", aseguran en el comunicado.
El llamado “circuito de novilladas”, que recaló en la localidad el sábado, ha costado al conjunto de las castellano y leonesas 295.000€ en 2025, a través de una subvención directa otorgada por la Junta a una entidad privada radicada en Madrid, sin contar con el dispendio realizado por el Ayuntamiento de Astorga para mantener tareas de venta y regalo de entradas, impresión de ridículas lonas para la plaza y las propias actuaciones para arreglar el coso.
A ello se sumaría el gasto de CyLTT, que realiza retransmisiones en directo, y en horario de protección infantil, de una actividad que apenas despierta interés en la audiencia. Una plaza semivacía y un contenido que roza bajo share.
Una actividad bajo la lupa de Naciones Unidas
Los naturalistas han advertido que el informe de evaluación a España de 2018 realizado por el Comité de los Derechos del Niño incluyó un texto muy claro al respecto de la participación o presencia de menores de 18 años en espectáculos taurinos, subrayando que había que alejarlos de los mismos.
Así, la ONG internacional ha instado una vez más al consistorio a rectificar este tipo de apoyos, ya que no solo conculca el criterio general del Comité de Naciones Unidas, también el consenso científico al respecto de la presencia en actividades violentas por parte de menores de edad.
En estas convocatorias se pueden ver las heridas provocadas sobre el bóvido, comportamientos y gestos asociados a un evidente sufrimiento y la muerte violenta de los mismos.
Además, los naturalistas explican que la presencia va acompañada de comentarios que refuerzan de forma positiva todo lo que se produce en la plaza y que personas menores de edad pueden asumir como normal y positivo, contribuyendo a la banalización de la violencia contra animales.
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