La Fundación Franz Weber ha denunciado la colaboración del Ayuntamiento de Sahagún con una capea en la que pueden participar personas menores de edad, que se realizará en otra localidad y que está organizada por una entidad privada.
La convocatoria señala la inscripción gratuita de niños y niñas hasta los 7 años, y un precio especial para los menores de 8 a 14 años. En el cartel promocional aparece la imagen institucional del consistorio por lo que la ONG ha demandado explicaciones públicas al Gobierno local.
Tal y como recuerdan desde la Fundación, esta "no es la primera vez que Sahagún se ve envuelta en actividades cuestionables". A finales de 2023 fue noticia nacional por el “taller” para aprender a confeccionar banderillas dirigido también a menores de edad y que llegó a ser denunciado ante la Fiscalía, generando también un importante rechazo social y político.
Con todo, los naturalistas entienden que "el Gobierno municipal debería ser transparente en relación a las colaboraciones o patrocinios que realiza, como fomentar que niñas, niños y adolescentes vayan a otro municipio a contemplar el maltrato de animales", e incluso su participación directa, como ha documentado FFW en otras localidades de Castilla y León.
Contenidos violentos con refuerzo positivo
Desde la Fundación exponen que en este tipo de convocatorias se pueden ver el sufrimiento, también posibles heridas, provocadas sobre el bóvido, comportamientos y gestos asociados a un evidente dolor de los mismos.
Además, los naturalistas explican que "la presencia va acompañada de comentarios que refuerzan de forma positiva todo lo que se produce en la plaza y que personas menores de edad pueden asumir como normal y positivo, contribuyendo a la banalización de la violencia contra animales".
Imagen de archivo de una capea en Ciudad Rodrigo (Salamanca)
Científicos alertan sobre estas imágenes
En el comunicado, ponen de manifiesto que diferentes especialistas han advertido acerca de la exposición de las personas menores de edad a contenidos violentos, comprobando alteraciones en su comportamiento y midiendo diferentes niveles de agresividad y ansiedad posterior.
Además del evidente riesgo de que el niño sufra angustia e incluso efectos traumáticos originados por la exposición de escenas de agresiones violentas hacia humanos y animales, la exposición a la violencia en la infancia puede contribuir a la normalización de la violencia y fomentar actitudes de aceptación de la agresión.
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