La segunda marcha que celebra la Plataforma por el Soterramiento después de la muerte de su portavoz Marta Belén Román tuvo invitados especiales, los hijos de la fallecida, que homenajearon a su madre con una emotiva carta de despedida.
Siguiendo el recorrido habitual por la avenida Parroco Pablo Diez, la Plataforma por el Soterramiento llegó hasta el lugar que le han dedicado a su antigua portavoz, justo al lado del cartel que nombra la rotonda de la infanta Sancha.
En ese lugar se ha instalado una placa en recuerdo de la mujer, además, tal y como señalaban desde la plataforma, la intención es que las velas que se encuentran en el lugar estén encendidas en la medida de lo posible y las rosas esten cuidadas.
De esta manera, la memoria de Marta siempre estará con la Plataforma, pues ellos no dejarán de luchar por el soterramiento de las vías del tren por el que han luchado contra viento y marea.
Fue entonces el turno de la hija de Marta Román, Neretva, que leyó la carta pensada para el pleno del Ayuntamiento, que según relató "el PSOE no permitió que la leyesemos" en la sesión celebrada el pasado miércoles 27 de marzo.
En la carta, Neretva pone de manifiesto que su madre estuvo "al pie del cañón" durante los últimos tres años "librando batallas con políticos locales, autonómicos e incluso nacionales, entregada no solo a las marchas, incluso en semana de quimio, sino también a cualquier evento a lo largo de la semana".
"Casi había que pedir cita para poder comer con ella en casa", bromea la carta en un tono más tranquilo que al inicio, pero que poco a poco fue ganando en sentimiento de pena y tristeza para despedir a su madre, que era la "voz y guía" de la Plataforma.
Entre sollozos Neretva se despidió de su madre, y antes de que las últimas palabras de la jóven saliesen de su boca, las cien personas que se encontraban en el lugar la bañaron con aplausos que recordaron la importancia de Marta no solo para sus hijos, sino para unos vecinos que no pierden la esperanza.
Tras ello, el recorrido siguió con normalidad, llegando hasta la glorieta de los donantes de sangre, para después dirigirse al punto de partida. Todo ello, mientras las voces se alzaban al cielo pidiendo "soterrara si o si", "Trobajo no se parte" o "Puente escucha, Trobajo está en la lucha".