El bolo leonés es un deporte tradicional originario de la provincia de León. Su origen es incierto, pero hay quienes creen que se remonta a los ejercicios bélicos de los guerreros celtas, que habitaban estas tierras en la antigüedad. Esta teoría sugiere que el juego se utilizaba para mejorar el pulso, fortalecer los músculos y promover el cumplimiento de normas de convivencia, lo que apunta a un origen prerromano. Otros, sin embargo, defienden que su origen es más reciente, durante la dominación romana.
Historia
Los bolos leoneses son un deporte tradicional originario de la provincia de León, cuya historia se remonta a tiempos antiguos. No se sabe a ciencia cierta cómo surgió esta modalidad del juego de bolos. Algunos afirman que se remonta a los ejercicios de adiestramiento bélico realizados por los guerreros celtas, antiguos pobladores de estas tierras. Estos ejercicios se centraban en el fortalecimiento del pulso, los músculos y el cumplimiento de normas de convivencia, lo que sugiere un origen prerromano. Por otro lado, hay quienes defienden que el juego surgió ya bajo la dominación romana.
El lugar donde se colocan los bolos se denomina "castro", lo que refleja una clara connotación militar. Otros elementos y acciones del juego también tienen carácter bélico, asociándose esta belicosidad a la organización de guerrillas de los pueblos cántabro-astures que habitaron la actual provincia de León. Las bolas (media bola) representan el elemento destructor, la acción de birlar se identifica con el asalto a un campamento enemigo y copar el miche simboliza anular al centinela.
Deporte
El campo de juego, conocido como "bolera", debe ser un terreno horizontal, libre de obstáculos y hierbas, con una superficie uniforme y elástica, adecuada para el bote de las bolas. La bolera tiene dimensiones específicas, con una longitud de 25 a 30 metros y un ancho de 9 a 10 metros, y se divide en dos partes principales: el "Castro" y el "Campo de juego". El Castro es el área donde se colocan los bolos y varía en tamaño según las categorías de los jugadores, mientras que el Campo de juego es la parte restante de la bolera.
En el bolo leonés, la correcta colocación de la bola en la mano del jugador es un aspecto esencial que varía según la dirección del lanzamiento en relación al Castro. Cuando el jugador lanza hacia la derecha del Castro, conocido como "sobre el pulgar", la bola se acomoda con su parte esférica en el cuenco de la mano. En esta posición, la bola se asienta firmemente en la zona saliente junto al dedo pulgar. Los demás dedos se estiran y adaptan a la forma de la bola, formando una especie de pinza junto con el pulgar que permite sujetar de manera firme y controlada.
Por otro lado, cuando el lanzamiento se dirige hacia la izquierda del Castro, denominado "a la mano", la bola se coloca de manera diferente. En esta posición, la bola se sitúa sobre su canto, asentada igualmente en la zona saliente próxima al dedo pulgar y en contacto con el dedo meñique. Los otros dedos se adaptan también a la forma de la bola, y el pulgar se apoya sobre la superficie plana de la misma, constituyendo una pinza similar que asegura el control de la bola durante el lanzamiento.
Es importante destacar que estas técnicas de colocación se invierten para los jugadores zurdos que efectúan su lanzamiento con la mano izquierda, adaptando así las posiciones de los dedos y el pulgar de acuerdo a su mano dominante. La precisión en la colocación de la bola es crucial para lograr un lanzamiento efectivo y exitoso en el juego del bolo leonés.
El jugador se sitúa en la mano de tirada con las piernas formando un ángulo de 45 grados aproximadamente. La pierna izquierda se adelanta para lanzamientos hacia la derecha del Castro y la pierna derecha para lanzamientos hacia la izquierda. La bola se sujeta con la mano derecha y se apoya suavemente con la mano izquierda. Los brazos forman un ángulo obtuso de unos 130 grados, casi a la altura del pecho.
Para efectuar el lanzamiento, se suelta la mano izquierda y se bascula el brazo derecho con la energía necesaria. La vista se fija en el Castro y se realiza un giro de muñeca hacia el lado de lanzamiento, acompañado de un pequeño giro del tronco. La pierna adelantada se flexiona y la otra pierna se apoya sobre la puntera del pie en el momento del lanzamiento.
Existen diferentes tipos de lanzamientos, como el lanzamiento "rastrero" cercano al suelo, el "rentera" que bota antes del Castro, el de media altura, y el "pingona" más espectacular pero menos efectivo en canchas regulares. Para conseguir una bola "picada", se levanta más el brazo al lanzar, logrando que la bola circule con mayor rapidez.
Actualidad
El bolo leonés sigue siendo un deporte popular en la provincia de León, especialmente en la capital, la ribera del Órbigo y la montaña leonesa. En estas áreas, es común encontrar boleras al aire libre, más conocidas como "Castro", donde se juega durante el verano.
Desde la década de 1990, algunas boleras han sido cubiertas para permitir el juego durante todo el año. En 2006, se construyó una bolera cubierta en Ciñera de Gordón, que sirve como bolera "oficial" de la Federación de Bolos de León y alberga la escuela provincial de bolos.
La emigración leonesa ha llevado el juego a otras provincias españolas, donde se han establecido boleras en las capitales, manteniendo viva esta tradición fuera de su región de origen.
amientos, como el lanzamiento "rastrero" cercano al suelo, el "rentera" que bota antes del Castro, el de media altura, y el "pingona" más espectacular pero menos efectivo en canchas regulares. Para conseguir una bola "picada", se levanta más el brazo al lanzar, logrando que la bola circule con mayor rapidez.
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