Sin León no hubiera España y sin lucha leonesa no habría León. La provincia sigue entonando el: ¿Hay quien luche, o me calzo? Y lo hace desde tiempos que no alcanzan a la memoria de nadie, sin embargo, no es la capacidad de recordar lo que fue en su día la lucha leonesa, pues la Montaña y la Ribera siguen manteniendo viva una tradición que, sin duda, marca la identidad de esta nuestra provincia.
Los más mayores siempre cuentan alguna historia sobre la lucha, pero estas no están tan desfasadas como pueden estar otros deportes tradicionales que se practican en León, ya que la lucha leonesa sigue reuniendo a miles de leoneses alrededor del corro de lucha que determina quiénes son los luchadores y luchadoras que imponen su ley en la provincia.
Historia
La lucha leonesa o aluches, es uno de los deportes autóctonos más antiguos de los que conviven en España. En el pasado fue transmitido de forma oral de padres a hijos generación tras generación, algo que lo ha mantenido vivo hasta nuestros días.
Su historia se remonta hace miles de años. El historiador griego Estrabón, en su descripción de las costumbres de los pueblos hispanos del noroeste de la península Ibérica, ya recoge que la lucha era una práctica común. No es hasta finales de la Edad Media cuando la lucha, que hasta entonces era enseñada a los soldados como forma de guerra, comienza a pertenecer inmaterialmente al pueblo.
A finales del siglo XV y XVI llegan los primeros documentos que referencian la lucha leonesa entre los pastores de la provincia. De hecho, es Antonio de Torquemada el que lo hace en los Coloquios Satíricos de 1553, de la misma manera que lo hace Pedro de la Vecilla Castellanos en El León de España, Cantos VI y V, donde se realiza una descripción detallada de este deporte autóctono.
A pesar de que la historia va mucho más allá de lo reciente, no es hasta 1930 cuando la lucha leonesa se convierte en un deporte federado. Años más tarde, en 1933 se redacta el que es considerado el primer reglamento de este deporte, ahí donde se unifican las diferentes variantes, se impone el agarre al cinto y se explican de forma detallada las normas que debe seguir el deporte.
A día de hoy, la lucha leonesa sigue siendo un deporte federado, que cuenta con escuelas, sigue una normativa y se desarrolla en la Liga de Equipos. En sus encuentros más seguidos por la afición, la Liga de Verano, que todos los años reúne en los corros a miles de personas que viven con pasión estos encuentros.
Además, desde 2017 la lucha leonesa es un Bien de Interés Cultural Inmaterial, quedando así reflejada su historia no solo en la provincia de León, sino en todo el territorio nacional.
El deporte
La lucha leonesa es un deporte de combate entre dos contendientes que, como premisa principal, deben agarrarse a su contrincante con las dos manos en el cinto. Una vez en posición, cada uno de los luchadores debe realizar diferentes 'mañas' para derribar a su oponente y llevarle al suelo.
A pesar de que tiene muchas similitudes con otras luchas, la lucha leonesa tiene sus características propias, como el cinto, que desde su incorporación es de cuero curtido y cuenta con tres centímetros de anchura, al que los luchadores se agarran con la mano izquierda colocada por encima del brazo derecho del contrario, en la mitad lateral-delantera del costado derecho, con el pulgar por fuera rodeando el cinto y el resto de los dedos por dentro del cinto. La mano derecha deberá estar a media espalda, a la altura del cinto.
Este deporte se desarrolla en el corro, un círculo de 18 metros de diámetro que será de césped cuando la lucha se lleve a cabo en el exterior y de colchonetas cuando los corros se desarrollen en un luchódromo interior. El luchador entrará al corro descalzo, con una camiseta y un pantalón corto de hilo o algodón, a lo que se le sumará el cinto.
Una vez todo preparado, los combates tienen una duración máxima de un minuto y 30 segundos o tres minutos en las finales, sin embargo, la lucha podrá terminar antes cuando uno de los dos contrincantes consiga dos caídas "enteras", pudiendo conseguirlas sumando "medias".
Las mañas
Para conseguir dichas caídas, los luchadores deberán emplear las mañas, es decir, los gestos técnicos con los que derribar al contrincante. Las mañas pueden realizarse gracias a los brazos o las piernas, no obstante las manos no pueden golpear ni soltarse del agarre, por lo que deberán usarse para sujetar, sacar, tirar o empujar.
De esta manera, el uso de los brazos es una de las características más singulares de esta lucha, pues otras modalidades usan los brazos de formas diferentes que permiten realizar movimientos muy diferentes a los que se ven en la lucha leonesa.
Entre las mañas más conocidas están el golpe de cadera, la media vuelta y la cadrilada, pero no son las únicas, ya que las mañas de piernas son más numerosas y conocidas, como el zancajo, el garabito, la dedilla o la mediana.
La puntuación
Como ya se ha explicado, para ganar el duelo, se debe llegar a dos caídas "enteras". Cada caída "entera" sumará dos puntos en el casillero del luchador que la consiga y serán consideradas caídas "enteras" las ocasiones en las que uno de los luchadores apoye en la tierra la parte posterior de uno de sus hombros o el contacto de la espalda, desde el glúteo hasta la última vértebra vertical, con el terrero.
Las "medias" son más habituales, pues se considerarán "medias": la retirada del agarre sin previo consentimiento del árbitro; tomar tierra con el brazo o con la mano, siempre que a este contacto inicial no siga un inmediato contacto de la espalda contra el suelo; todo contacto con la cabeza en el suelo y el contacto del vientre con el suelo.
Montaña contra Ribera
El torneo más esperado de la lucha leonesa es, sin duda, el 'Montaña contra Ribera', donde las localidades separadas por la línea ferroviaria que une León y Bilbao. Este corro emblemático alza como "gallos" a los luchadores de la región que más combates se lleven en un torneo que recoge todas y cada una de las categorías que este deporte incluye.
El último torneo de la temporada determina si la Montaña reina sobre la Ribera o viceversa. Una situación que en los últimos años siempre ha puesto la balanza a favor de la Montaña y es que el reinado montañés dura ya una década, después de que el pasado año la Montaña se alzase como vencedor gracias al que sea posiblemente su luchador más conocido, Abel Isaí Cabero 'Caberín'.
Así pues, en el cómputo global de todas las ediciones de las que se tiene registro del 'Montaña contra Ribera', la Montaña se alza con 18 victorias frente a las 12 de la Ribera.
No sabemos si será la Liga de Verano, el 'Montaña contra Ribera', la transmisión oral, las escuelas o una mezcla de todas ellas las que mantengan vivo el deporte rey en la provincia de León. Lo que sí sabemos es que León tiene lucha para rato y que en los corros seguirá habiendo gente que disfrute de una parte fundamental de nuestras tradiciones, los juegos tradicionales.
Unos juegos tradicionales que León seguirá defendiendo, pues como no podría ser de otra manera, León es de sus gentes y sus gentes siguen apostando por lo que en algún momento fueron los pasatiempos más entretenidos y que hoy marcan nuestra identidad como leoneses.
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