Alrededor de 8.200 personas continúan evacuadas a estas horas por la ola de incendios que asola Castilla y León desde el pasado fin de semana, si bien la situación a estas horas es “mejor que ayer” aunque quedan todavía “momentos difíciles” que acometer hasta su control.
Así lo apuntó el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, en la rueda de prensa ofrecida este miércoles en la sede del Gobierno autonómico, donde también informó de que los incendios que se iniciaron en Molezuelas de la Carballeda, en la provincia de Zamora, y en Yeres, en la provincia de León, fueron intencionados.
Mañueco defendió, asimismo, que el operativo de extinción de incendios de la Junta cuenta con “suficientes medios” y que, actualmente, hay 1.500 personas trabajando en el operativo en distintos turnos, pero que “circunstancias meteorológicas adversas” como las de este martes, con vientos de hasta 90 kilómetros por hora, calor extremo y sequedad de las zonas afectadas provocaron que los fuegos estuvieran “fuera de la capacidad de extinción”, informa Ical.
“Ni voluntarios ni profesionales podrían ayudar”, sostuvo el presidente de la Junta, ante unas circunstancias que, bien por causas naturales o por la mano del hombre “que quería hacer daño”, provocaron un total de 90 incendios desde el fin de semana, 70 de ellos solo entre sábado y domingo.
Tal y como detalló el presidente de la Junta, esas circunstancias meteorológicas adversas extremas provocaron que, por ejemplo, en el incendio que ha afectado a Las Médulas, Patrimonio de la Humanidad, el fuego recorriera cuatro kilómetros desde el pico de su origen hasta el lago de Carucedo en tan solo una hora el pasado domingo “por las condiciones de sequedad, la ola de calor que estamos sufriendo y los intensos vientos, que son los que más daño están haciendo”.
Por todo ello, el presidente de la Junta aprovechó su intervención para agradecer la labor de los profesionales del operativo y la colaboración del ejército español a través de la UME y de las comunidades autónomas y el Gobierno portugués que están aportando efectivos y medios.
También valoró la “paciencia y comprensión” de los vecinos desalojados, 8.200 en estos momentos aunque los datos “fluctúan” ante el avance o retroceso del fuego, si bien pidió “tranquilidad, calma y cabeza fría” a la población para que “sigan las instrucciones de las autoridades” de cara a intentar que las consecuencias de los incendios “sean lo menos dañinas posibles”.
Y es que, según recordó Mañueco en la rueda de prensa, “la vida es lo único que no tiene solución. Todo lo demás, los bienes, las viviendas, los enseres, tienen repuesto, pero la vida humana no”, aunque reconoció que “es muy duro y difícil ver peligrar los recuerdos de toda una vida”.
Por esa misma razón, también se eximió de “entrar en el juego frívolo de quienes son capaces de utilizar el sufrimiento de las personas creyendo que van a obtener rédito político”, dado que “la situación actual requiere solidaridad y volcar en estos momentos todos los esfuerzos en la extinción de incendios”.
