La Consejería de Cultura, Turismo y Deporte pone en marcha un mapeado de la zona de riesgos de colapso del Casco histórico de Valderas (León). Este proyecto piloto busca la monitorización e incorporación de tecnologías digitales para los entornos BIC (Bien de Interés Cultural) para su protección, conservación y vigilancia. La Universidad de Salamanca ha sido adjudicataria de la intervención, que se ejecutará en los próximos tres meses y cuyo presupuesto asciende a 18.119 euros.
El contrato forma parte del proyecto KHN (Knowledge Heritage Network) promovido por la Junta de Castilla y León en colaboración con el Gobierno de Aragón y la Xunta de Galicia. Esta iniciativa cuenta con un importe de 15,9 millones de euros y un horizonte hasta 2026, y busca transformar la gestión tradicional del patrimonio cultural hacia una gestión digital integral, con énfasis en la conservación preventiva.
Después del colapso ocurrido el 12 de marzo de 2024 en una vivienda de la plaza de los Paños de Valderas, se realizó una visita técnica por el Servicio Territorial de Cultura, Turismo y Deporte de León para proponer medidas de conservación del Conjunto Histórico. La caída de la vivienda afectó a la calle y a las casas colindantes.
El informe posterior recomendó realizar estudios previos (radiografía del subsuelo) y redactar un Plan Especial de Protección, con fases, plazos y financiación, y la participación de todas las administraciones. En esta primera fase, se caracterizará el sustrato geológico y se realizará un primer mapeado digital del área afectada para entender el subsuelo y definir causas y soluciones, combinando diferentes tecnologías.
En una primera observación sobre el terreno, se percibió que las casas aledañas presentan evidentes signos de deformación por movimientos verticales del terreno (subsidencia), generando grietas de gran tamaño y basculamientos de las fachadas de las edificaciones. Una inspección más amplia del casco histórico evidenció numerosas casas con daños similares (aunque de menor alcance), profusamente distribuidas.
Se trabaja con la hipótesis inicial de que estas deformaciones están ligadas a las bodegas que los propietarios han excavado históricamente en el subsuelo sobre el que se asienta el municipio. La complejidad de identificar las bodegas ‘per se’ y las limitaciones de movilidad ocasionadas por los colapsos hacen necesario este estudio inicial para definir las zonas amplias afectadas por los agrietamientos y deformaciones, que serán de estudio prioritario por el riesgo que corren. Los aproximadamente 8000 metros cuadrados definidos en este estudio abarcan desde la puerta de San Isidro, siguiendo la calle de San Isidro, incluyendo la Iglesia de Santa María del Azogue, y continuando por la Calle Castillos hasta la salida a la altura de la muralla y el perímetro correspondiente hacia el río.
Trabajos en marcha
Los trabajos, que comenzaron el martes 16 de julio y concluirán el lunes 22, incluyen un análisis por georradar 3D multifrecuencia sobre un área cercana a los 8.000 metros cuadrados, dos sondeos de 20 metros de profundidad con recuperación continua de testigo y toma de muestras inalteradas o parafinadas, ensayos para determinar el coeficiente de permeabilidad in situ y ensayos SPT para la determinación de los módulos elásticos del terreno, y ensayos geotécnicos con las muestras obtenidas en los sondeos.
Los sondeos quedarán revestidos con tubería piezométrica para controlar temporalmente la evolución de los niveles freáticos. Además, está previsto un análisis en superficie de las deformaciones en las edificaciones y el viario: mapeado, toma de medidas y realización de esquemas.
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