Superado ya el ecuador de su ruta, la expedición que partió de Roncesvalles (Navarra) el 18 de mayo para reclamar en su particular peregrinaje a Santiago la puesta en marcha de un Plan Nacional para el Estudio y la Prevención del Suicidio recorre este fin de semana la provincia leonesa.
Dos equipos con sendos tándem y tres individuales de refuerzo integran esta marcha reivindicativa que inició esta mañana la etapa que les lleva desde la capital a Astorga, donde mañana continuarán el recorrido hasta Ponferrada y de allí a O Cebreiro para llegar a la ciudad compostelana el 30 de mayo.
La Asociación de Personas Afectadas por el Suicidio de un Ser Querido en Navarra Besarkada-Abrazo, el Club Deportivo para Ciegos de Navarra y Ayuda In son los promotores de esta iniciativa que visibilizar un realidad que el colectivo Abrazo describe como “indescriptible para quienes no la han sufrido en primera persona”.
Con datos que invitan a la reflexión (4.227 suicidios oficiales al año en España, entre 85.000 y 120.000 intentos e “infinidad de personas y familias invisibles”) recorren a pedaladas 750 kilómetros con el objetivo de remover conciencias y movilizar a los ciudadanos en general y, en particular, a quienes tienen la capacidad de poder tomar decisiones para cumplir su petición. Pedalean “para hacer visible el abrazo más necesario”.
El Plan Nacional de Prevención del Suicidio que solicitan debería, subrayan, “tener en cuenta que no se trata sólo de salud mental” y contemplar una intervención integral que incluya a la misma sociedad y entorno de las personas, además de abordar cuestiones como la educación emocional desde la crianza y los ratios de atención especializada.
También piden que incluya formación y dotación de recursos a estudiantes y profesionales sanitarios, sociales, docentes, cuerpos y fuerzas de seguridad, colectivos de riesgo o supervivientes a un suicidio consumado.
Francisco Carcavilla, de la asociación navarra Besarkada-Abrazo y Pablo Segura, del Club Deportivo para Ciegos de Navarra son protagonistas principales de esta aventura que cada mañana retoman con ganas, hoy de manera especial tras haber superado ayer hasta alcanzar la capital leonesa la etapa más larga, con 104 kilómetros recorridos. A partir de ahora los trayectos serán de entre 40 y 50, pero vividos con la misma intensidad con la que llegan a cada localidad para trasladar su testimonio.
Segura comenta que en su club decidieron apoyar esta causa en el convencimiento de que “personas invidentes, paradójicamente pueden hacer que la sociedad, que permanece ciega al suicidio, sea consciente y darle visibilidad”. “Nos agrada la repercusión que está teniendo la iniciativa. Está siendo duro, pero las sensaciones son muy bonitas”, añade.
“Queremos concienciar a la sociedad y las instituciones y creo que estamos llegando a la gente, le va calando el mensaje. A nivel institucional llegamos a niveles pequeños y creo que también hay compromiso por parte de los políticos que nos han recibido. Ya veremos qué repercusión tiene a nivel de los que realmente tienen el poder para crear ese plan” apunta Carcavilla, quien habla muy en primera persona del tema, tras haber perdido a un hijo.
Esa trágica experiencia le hace afirmar que “hablar del suicidio, haciéndolo bien, hace que se salven vidas” e insistir en que “hay que dejar de estigmatizar este tema porque entre todos se puede empujar para que quien tiene el poder lo haga. Hay que hace piña”.
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