Hace menos de un mes el CEIP Gumersindo Azcárate recibía de las manos de los Reyes de España el Premio Princesa de Girona Escuela 2022. El galardón es uno de los mayores reconocimientos que puede recibir un centro, pues, según comentó Francisco Bellil el día de la entrega, este “marca un antes y un después” para aquellos colegios que lo consiguen.
Posiblemente, el mayor de los problemas de este centro ha sido no haber recibido este reconocimiento antes, pues no todo por lo que se le ha otorgado este premio comenzó en el 2022. La realidad de este centro leonés es muy diferente a lo que todos vivimos en el colegio algún día y es que, sin duda, esta comunidad educativa, tal y como ellos se consideran, merece el reconocimiento de todos.
Un colegio con 130 alumnos, que forma una comunidad única, apostando por una manera de educar diferente, pero que da un resultado magnífico. Y es que, desde que cruzas las puertas de entrada puedes notar un ambiente diferente, un ambiente que invita poco a poco a hacerte sentir parte de la comunidad educativa.
Gran parte del éxito de este centro pasa por las manos de Pilar Bahamonde, una directora que prefiere no calificarse como tal, una más de la comunidad del Gumersindo Azcárate. Su manera de ser, entusiasta, apasionada, extrovertida y con muchas, por no decir muchísimas ganas de enseñar a los leoneses más pequeños, se plasma en todo aquello que se ve en el colegio.
Y es que la actitud y la aptitud de la directora ya está impregnada en todos y cada uno de los profesores y las profesoras del centro. Ellos ya saben cuál es el método y se han adaptado al mismo, incluso los más nuevos como Pablo. Sin duda, la tarea de adaptación no es fácil, pero el entorno lo hace mucho más ameno.
En lo que respecta a los niños, la adaptación podría ser un problema, ya que en el colegio conviven un total de 14 nacionalidades, cada una con su cultura y costumbres. Sin embargo, esto no supone ningún problema, sucede justamente lo contrario, al nuevo le acogen con los brazos abiertos y todos los niños intentan poner su granito de arena para que este se adapte, incluso cuando llegan con dificultades como el idioma.
Participación masiva
El ímpetu que se muestra en los ojos de los niños y niñas, emocionados por estar al colegio, se ve reflejado en las clases, en todas existe algo que resulta bastante inusual en niños de Educación Primaria, la participación. Son los propios profesores los que animan a participar, pero sin ninguna imposición, sino que les ponen retos y así el aprendizaje resulta más entretenido.
Mucha de esta participación también viene dada gracias al uso de la tecnología, pues en todas las clases utilizan alguna TIC para trabajar los contenidos que se imparten en el momento. No obstante, las TIC no llegan únicamente a los profesores, pues los propios alumnos cuentan con tablets y ordenadores propios para el desarrollo de las clases.
El uso inclusivo de la tecnología marca las pautas, todos los niños vengan de donde vengan y tengan los recursos que tengan, tienen la tecnología al alcance de su mano, algo que también les anima a seguir aprendiendo. La interacción que supone el uso de ordenadores y tablets no la ofrecen los libros, lo que llama aún más a la participación.
También sorprende como los profesores hacen uso de las tecnologías para adaptar los contenidos necesarios de cada materia. Pues sería muy fácil seguir con “lo de toda la vida”, coger un libro y leer el temario, pero la educación también avanza y gracias a las herramientas que ofrece, por ejemplo, la Junta de Castilla y León, en literatura leen un capítulo semanal de un libro que la autora o autor va escribiendo al recibir los comentarios de los alumnos.
Por poner otro ejemplo, en matemáticas, usan Innovamat, un programa que facilita la resolución de problemas y que hace mucho más entretenido ir adquiriendo los conceptos básicos que podrán aplicar en el futuro. Las matemáticas también las trabajan a través de la manipulación, aplicando lo que llaman las “matemáticas manipulativas”.
Lo divertido de todo esto, es que fuera de lo que pueden aprender en cada una de las asignaturas que todos conocemos, en Gumersindo Azcárate, todo se trabaja de forma multidisciplinar, llevando a cabo actividades que ponen en valor los conocimientos que aprenden en el día a día.
En el caso de esta semana, todos han preparado una actividad especial para el Día Escolar de la No Violencia y la Paz, llevaron a cabo un amigo invisible en el que cada alumno regaló un corazón a otro, independientemente del curso, escribieron en el corazón una frase acerca del compañero, esto no solo conlleva escribir o preparar el corazón, pues también tienen que relacionarse entre ellos, lo que nos lleva a otro gran punto de la educación en este centro.
Estas actividades fomentan la interacción entre los alumnos, lo que sigue reforzando la comunidad educativa de la que todos quieren formar parte. Por si todo esto fuera poco, los padres y madres pueden participar en la iniciativa ‘Familias’, con la que se acercan al centro para compartir todo aquello que aprenden sus hijos en el colegio.
Responsabilidad e inteligencia emocional
Una de las cosas más llamativas del Gumersindo Azcárate es la responsabilidad que los propios alumnos llegan a tener dentro del centro, son ellos quienes ayudan a mantener la clase limpia día a día, quienes ayudan al que más lo necesita o quienes tienen la oportunidad de decidir una cosa tan simple como ir al baño,…
Cada cosa que se ve en este centro tiene una regla marcada, y es que el respeto entre los alumnos es ejemplar. Esto no es algo habitual, y para conseguirlo, desde el centro se trabaja este aspecto con normalidad. La inteligencia emocional de los más pequeños sorprende, pues pocas veces puedes ver a los niños hablando de sentimientos en clase, y reconociendo las características emocionales de sus compañeros.
Parece repetitivo y pesado, pero es cierto, todo tiene un fin último, la creación de una comunidad. Menos de seis horas necesitaron los alumnos para acoger a un hombre que llegaba nuevo, que llegaba para volver a irse, que conviviría con ellos una mañana. La breve estancia no supuso nada para ellos, decidieron que durante esas seis horas el visitante iba a ser uno más y le preguntaban por su día, por lo que le gustaba, por si quería jugar o leer con ellos, sin tener en cuenta las diferencias existentes.
Sin duda, una sensación única, una sensación que deja con la boca abierta, como niños tan pequeños y en situaciones tan difíciles pueden disfrutar tanto del aprendizaje, de las enseñanzas, de sus profesores, de sus compañeros y como eso les lleva a querer volver cada día a seguir aprendiendo y a seguir conociendo en definitiva lo que es la vida en sociedad.
La educación no consiste en adoctrinar a los pequeños del país para que todos salgan “hechos” del mismo molde, en el Gumersindo Azcárate, la educación consiste en saber que es lo que necesita cada uno, cuando y como lo necesita. Todos ponen lo que está en su mano para llevar a cabo un trabajo espléndido, consiguiendo que una parte de la sociedad, con dificultades y sin muchas oportunidades, acabe teniéndolo “todo” en la Mejor Escuela de España de 2022.