Las Siete Palabras de León celebran el Pregón a Caballo con el agua como protagonista

Uno de los momentos más especiales de la Semana Santa de León es sin duda el Pregón a Caballo, cuando en la mañana de Jueves Santo, la capital se llena del rojo sangre de las túnicas y la ciudad escucha como los pregoneros adelantan los actos a celebrarar

Periodista
28 de Marzo de 2024
Actualizado: 28 de Marzo de 2024 a las 14:43
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Uno de los momentos más especiales de la Semana Santa de León es sin duda el Pregón a Caballo, cuando en la mañana de Jueves Santo, la capital se llena del rojo sangre de las túnicas y la ciudad escucha como los pregoneros adelantan los actos que celebrarán durante el Viernes, el Sermón y la Procesión de las Siete Palabras.

A pesar de que las calles de la capital no se han teñido del rojo de las túnicas, la Cofradía de las Siete Palabras de Jesús en la Cruz, ha celebrado una única proclama del Pregón que se ha llevado a cabo frente a la sede de San Marcelo del Ayuntamiento de León. 

Pregón a Caballo de las Siete Palabras
Pregón a Caballo de las Siete Palabras

Allí el pregonero oficial, Javier Fernández Zardón, más conocido en las calles la capital como 'Motorines', ha comenzado su intervención recordando a una de las figuras más importantes, si no la que más de la Cofradía, el fundador y primer abad Eduardo de Paz, que fallecía el pasado 14 de enero.

A pesar de que el pregón comenzaba con el pregonero, a este le precedían las intervenciones del actual abad de la Cofradía, José Castro, y del alcalde de León, José Antonio Diez. Castro ponía el foco en la reducción del evento, aclarando que a pesar de "sencillo", el acto sería "emotivo" y que se celebraría para "dar testimonio público de los actos centrales de la Cofradía". 

Pregón a Caballo de las Siete Palabras
Pregón a Caballo de las Siete Palabras

León contra la lluvia

El acto se llevó a cabo, sí, pero la principal protagonista fue la lluvia, pues obligaba a la Cofradía a realizar el acto con tres caballos que por las condiciones del suelo no podrían desplazarse por la ciudad. La decisión de la Junta de Seises de la Cofradía llevó la única proclama, a la que cientos de leoneses acudieron. 

Los paraguas cubrían las cabezas de aquellos valientes, que desafiando a la lluvia, decidieron acudir al acto. Un Pregón inusual en el que las capas negras de la cofradía acabaron empapadas y los caballos alterados, llegando así al final de un acto en el que León se mojó pero, sin duda, disfrutó.