A pesar de que la mañana daba esperanzas a los leoneses, la lluvia se apoderó de la tarde del Jueves Santo de León. Los leoneses y leonesas que quisieron disfrutar de las procesiones desde dentro y desde fuera, se quedaron con las ganas y acabaron empapados.
Las cancelaciones comenzaban pronto, pues la Procesión de La Despedida se suspendía media hora antes de su inicio. En el patio de las HH. Trinitarias se llevaba a cabo el primero de los actos que rermplazarían a los desfiles.
La Despedida tan solo sería un adelanto de aquello que pasaría con el resto de procesiones programadas, pues la lluvia no cesaba, incluso se incrementaba. Con una tormenta en plena capital, las hermanas de la Cofradía de María del Dulce Nombre esperaban en la carpa con esperanzas de que el cielo despejase y la lluvia fuese acabando.
Las 'Marías' se quedan en "casa"
Mientras las 'Marías' esperaban, desde la Hermandad Sacramental de Santa Marta y de la Sagrada Cena, se adelantaban para suspender la Procesión de la Sagrada Cena, pues la situación climatológica no permitía que uno de los pasos titulares, homónimo a la procesión, llegase hasta el punto de partida, por lo que desde las 18:30 horas se preparaba la bendición de los panes que se celebraría a las 20:00 horas.
De vuelta en la plaza de los Donantes de Sangre, la abadesa de la Cofradía de María del Dulce Nombre, Patricia Merino Rebollo, declaraba suspendida la procesión. La pena pudo con ella y entre sollozos anunció que se llevaría a cabo un acto en el que uno por uno, los pasos fueron bailando.
Este fue posiblemente el momento más emotivo de la tarde, a medida que se alzaban los pasos, las lagrimas caían por las caras de las hermanas, que no pudieron hacer nada más que disfrutar de un momento duro para ellas, la única cofradía exclusivamente femenina de la capital.
El pan bendito, pero no mojado
El Museo de la Semana Santa de León fue el punto en el que la Hermandad Sacramental de Santa Marta y de la Sagrada Cena celebró la bendición de los panes. El obispo hizo esperar a los presentes, pero una vez allí dió comienzo un acto en el que los hermanos rezaron para llevar a cabo este tradicional evento.
Normalmente este es el acto que da inicio a la procesión, pero con la decisión tomada, los pasos bailaron en el interior del Museo, que se convirtió, si no lo fuese ya en un espacio para que los leoneses y visitantes disfrutasen de la Semana Santa leonesa.
Las Tinieblas se resguardan a la luz de Santa Marina
La última procesión del Jueves Santo, la Procesión de las Tinieblas y Santo Cristo de las Injurias, organizada por la Cofradía del Santo Cristo del Desenclavo no saldría de Santa Marina, que acogería el tradicional acto del enclavamiento, del que solo pueden disfrutar los hermanos.
Tras el mismo, los hermanos celebraron el acto que sustituía a la procesión. Así se llegaba al final del Jueves Santo, un día en el que sin duda la protagonista ha sido la lluvia.