Un total de nueve participantes del programa Erasmus Plus ‘Fresh Start’, en el que participa Proyecto Joven-Proyecto Hombre y diferentes entidades sin ánimo de lucro de España, Italia, Portugal y Bélgica, han analizado durante esta semana las buenas prácticas del trabajo con drogodependientes en el Centro Penitenciario de Mansilla de las Mulas (León), conocido como Villahierro, donde asistieron a los servicios terapéuticos, de reinserción y formativos llevados a cabo, algunos de ellos en colaboración con la Cámara de Comercio de León.
El objetivo del programa, en el que Proyecto Hombre participa desde el mes de febrero, pasa por “promover la reinserción social de adultos en prisión con conductas adictivas a través de la cooperación internacional entre organizaciones y la identificación e implementación de buenas prácticas de intervención”.
Para ello, un total de nueve profesionales de diversas entidades sin ánimo de lucro llevarán a cabo un trabajo de dos años, iniciado esta semana en León, en los que investigarán y conocerán las actuaciones que se llevan a cabo en los cuatro países participantes. Una vez recogida esta información, se elaborará una guía de buenas prácticas que se presentará en Bruselas en aras de que “sirva como referente a las Comisiones Europeas para cuando tengan que analizar cómo trabajar en las prisiones”.
Así lo detalló hoy el presidente de Proyecto Joven-Proyecto Hombre, Jorge Juan Peña, quien celebró “la unión de diferentes entidades privadas, públicas y organizaciones no gubernamentales de Europa para hacer algo importante” como es estudiar “las buena prácticas sobre cómo trabajar con drogodependientes cuando se encuentran en prisión”.
Para ello, resaltó que la prisión de Mansilla de las Mulas, “que es pionera en muchas cosas”, también lo es en este caso por “su trabajo en la deshabituación del consumo de sustancias, pero también en su posterior inserción sociolaboral”. Por este motivo, los nueve participantes del programa ‘Fresh Start’ han asistido durante esta semana a los asistieron a los servicios terapéuticos, de reinserción y formativos desarrollados en el centro penitenciario.
De esta experiencia, Jorge Juan Peña destacó que se ha podido extraer que la prisión leonesa “no es un centro impermeable, sino permeable, en el que la sociedad puede entrar sin que los reclusos queden aislados de la realidad de la vida”, así como que en ella “se hacen un montón de cosas y grupos con la formación como pilar fundamental”. Además, en su intención de que “se pueda trabajar dentro de la prisión y de que los reclusos puedan tener su propia autonomía personal”, Peña resaltó los cursos impartidos en colaboración con la Cámara de Comercio, que además “ha llevado a empresas”.
De acuerdo con los datos aportados por la directora del Centro Penitenciario de León, Henar García, la prisión cuenta en estos momentos con un total de 845 internos -795 de ellos hombres-, de los que aproximadamente un 40 por ciento tiene algún tipo de abuso o dependencia de sustancias. Por ello, desde el primer momento en que llegan al centro, “se hace un análisis de sus necesidades y se elabora un circuito terapéutico, donde se encajan todas las actividades formativas, laborales y terapéuticas”.
Henar García, que calificó de “gratificante” la experiencia llevada a cabo esta semana en el marco del proyecto ‘Fresh Start’, puso de relieve que la colaboración de Proyecto Hombre y la Cámara de Comercio con el centro, “basada en la innovación y creatividad” y aseguró que las personas privadas de libertad también han hecho “un balance muy positivo” de la iniciativa, ya que “se trata de una forma de normalización y de personalización”.
‘Fresh Start’
El programa 'Fresh Start' se propone indagar sobre el alto número de adultos en prisión por problemas relacionados con sustancias psicoactivas, así como la proliferación de los grandes desafíos para las personas en prisión, que se incrementan cuando van asociados a las distintas adicciones. Además se ve necesario dotar a los internos de las prisiones en Europa de habilidades personales y sociales. Para ello, los miembros de los distintos países participarán en reuniones periódicas, en línea y presenciales, con el fin de compartir, debatir y reflexionar sobre estas prácticas europeas de integración social. También habrá actividades de cotejo de información, supervisión de contenidos y reflexiones en común.
El programa está coordinado desde Projecto Homem Braga (Portugal), y financiado por la Unión Europea, con la colaboración de Progetto Uomo - Federación Italiana de Comunidades Terapéuticas y la Asociación europea dedicada al intercambio de profesionales del sector del trabajo social.
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