El alcalde de León, José Antonio Diez, ha inaugurado este martes rehabilitación integral de Plaza Mayor de la capital, una actuación que ha supuesto una inversión de 1,9 millones de euros que termina después de casi un año desde que comenzase.
Diez destacó el gran acabado del pavimento, asegurando que la actuación devuelve la "buena imagen estética que creo tan bonita y que tanto nos evoca lo que es nuestra plaza Mayor, un lugar emblemático de nuestra ciudad".
Además, el regidor leonés recordó que desde el equipo de Gobierno está "comprometidos a recuperarlo no solo del punto de vista estético, o de la accesibilidad o movilidad, sino también en lo que supone el conjunto monumental o histórico de la propia plaza recobre su esplendor".
En esta línea, avanzó que ya finalizada la pavimentación comenzarán los procesos para llevar a cabo otras dos actuaciones. La primera, la rehabilitación de las balconadas y fachadas de la plaza con el objetivo de que estas presenten una imagen homogénea y, la segunda, la restauración integral del mirador de la plaza, conocido como el Antiguo Consistorio aunque nunca lo fue.
Los trabajos, ejecutados por la UTE formada por las empresas GOXA, Presa Ibáñez y OLI, se han centrado en la pavimentación con piedra granítica de 10 centímetros de espesor, sustituyendo a la caliza anterior, lo que garantiza mayor resistencia al tráfico que soporta el entorno, especialmente con el mercado, actividades culturales y las celebraciones festivas.
'Secretos' de la nueva Plaza Mayor
Además de la reforma del pavimento, la rehabilitación de la Plaza Mayor de León ha incluido la instalación de tres placas en las que se puede observar la historia de la misma. La primera y menos escondida es en la que se ponen de manifiesto las obras llevadas a cabo en el entorno.
A ella se le suman dos placas más en las que se cuentan anécdotas históricas de la ubicación. Una de ellas muestra el lugar desde el que Joaquín Sorolla pintó el mercado semanal leonés y las escenas de su Semana Santa.
En la última de las placas se recuerda que en el número 8 de la Plaza Mayor se encontraba la casa y comercio de Juan Homs y Botines, cuyos socios y continuadores en el negocio, Simón Fernández y Mariano Andrés González, encargarían a Antonio Gaudí la construcción de la Casa Botines.
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