La Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León lleva a cabo la restauración del Puente del Canto de la localidad leonesa de Sahagún, para lo que destina cerca de un millón de euros. Los trabajos, que se prevé que concluyan en enero del próximo año, se desarrollan sobre el proyecto que aportado por el Ayuntamiento y están financiados dentro del Plan Nacional Xacobeo 2021-2023 de Patrimonio Histórico Cultural en los Caminos.
El Puente Canto es una infraestructura viaria de origen medieval, sin descartar el origen romano que se asocia a la mayoría de estos vados. Tras varias intervenciones ejecutadas a lo largo de su historia, actualmente solo conserva el arranque de las estructuras originarias, concretamente las del estribo oriental y de las pilas primera, segunda y cuarta.
El objetivo de los trabajos de restauración están encaminados a rehabilitar la sillería del puente y organizar el tráfico rodado y peatonal sobre el mismo, eliminando el salto generado entre la calzada y la actual acera, así como al desarrollo de actuaciones puntuales de mobiliario urbano y puesta en valor del conjunto.
Los criterios seguidos para plantear las actuaciones contenidas en el proyecto se extienden fundamentalmente en las zonas de la sillería del puente, que alcanza tanto a las pilas como a las bóvedas que forman los ojos, el pretil de piedra situado longitudinalmente al puente en sus dos laterales y dispuesto en la coronación de los propios muros norte y sur, la calzada sobre el puente, delimitada por los dos pretiles laterales, el ornato, que incluye el traslado del crucero, así como la iluminación tanto del vial como la monumental, y el mobiliario urbano descrito e incorporado en el proyecto.
El consejero de Cultura y Turismo en su visita la restauración del Puente Canto de Sahagún | Campillo (ICAL)
Los trabajos de restauración del puente comenzaron en el tablero con la demolición del pavimento existente, realizando un control arqueológico sobre los diferentes niveles de pavimentos encontrados. Igualmente, se llevaron a cabo tareas sobre la piedra de los estribos del puente con la limpieza, rejuntado y reintegración de los sillares. Posteriormente, se ejecutó una losa de hormigón armado colocada sobre una lámina impermeable para evitar filtraciones hacia los arcos de piedra, principal causa del deterioro sufrido por las fábricas.
A partir de mayo, se colocaron los andamios colgados en los arcos uno y dos y se iniciaron los trabajos sobre las fábricas de piedra. Actualmente, continúan los trabajos de limpieza, rejuntado y reposición de sillares en estos arcos y se están montando los andamios en los arcos cuatro y cinco. También se ejecuta la instalación de iluminación prevista en proyecto en los arcos uno y dos.
La actuación se suma a las que la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte ha venido acometiendo en el patrimonio cultural de este municipio con una inversión hasta la fecha de cinco millones de euros para recuperar el conjunto monumental y potenciar el atractivo que ya tienen la provincia de León y este tramo del Camino de Santiago.
Investigación arqueológica
El análisis de arqueología de la arquitectura realizado en 2022 evidenció cinco fases constructivas y el cambio de proyecto en varios momentos, dejando hipótesis por comprobar en un futuro. El origen del puente se puede asociar a los comienzos de la población, cuya configuración distaría mucho de la que ahora vemos, con un número mayor de ojos y menor altura. Las reformas que le siguen solo se pueden fechar en una amplia horquilla cronológica, entre los siglos XII y XV. La etapa III, que supuso un gran cambio en la configuración del puente, se puede fechar entre la primera y segunda década del siglo XVIII, momento en el que se construyen las dos bóvedas mayores.
Para reforzar los cimientos de las pilas y sanear el cauce al paso del puente, se llevó a cabo su empedrado en el año 1880, posiblemente sobre el primer espolón del puente por parte del arquitecto Eduardo Galán Mendizábal, empleando material reutilizado, ya que se reaprovecharon sillares de una capilla derruida del Monasterio de San Benito, bajo administración del entonces Abad Fray José Velázquez. Los pretiles se construyeron entre finales del siglo XIX y principios del XX.
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