A pesar de las amenazas climáticas, sobretodo de la lluvia y de la borrasca Nelson que está recorriendo la península de este a oeste y de norte a sur, Valencia de Don Juan se convirtió en uno de los escasas localidades de la provincia de León donde los fieles, los visitantes y los coyantinos pudieron sumergirse en el fervor de las procesiones del Viernes Santo. Con un cielo vigilante y una comunidad expectante, la localidad vivió una jornada marcada por la tradición y el recogimiento.
Desde tempranas horas, la emoción envolvió las calles en una procesión matinal que estremeció corazones. El Encuentro entre la Virgen de la Soledad y Jesús Nazareno, cargado de simbolismo y devoción, precedió al solemne Vía Crucis, elevando los espíritus de los presentes.
Por la tarde, la majestuosidad se desplegó en la procesión del Santo Entierro. Siete pasos, entre ellos la conmovedora imagen de la Virgen de La Soledad, guiaron el paso de más de 230 braceros y braceras, así como una multitud de cofrades y espectadores que llenaron las calles. La solemnidad y la tradición se entrelazaron en una ceremonia que cautivó a propios y extraños.
Las procesiones en Valencia de Don Juan continuarán este sábado con la procesión de la Soledad, programada para iniciar a las 19:30 horas. Esta procesión, cargada de significado y fervor, reunirá a la comunidad en una muestra más de devoción y tradición.
Para el día siguiente, domingo, se espera uno de los eventos más esperados: la procesión de Resurrección. Este día estará impregnado de sentimiento y emotividad, destacando el tradicional cambio de manto a la Virgen y la simbólica suelta de palomas, gestos que resaltan la renovación y la esperanza que trae consigo la celebración de la Resurrección de Cristo.