En un giro inesperado en el caso del violento crimen ocurrido el pasado verano en Reliegos, la Audiencia Provincial de León ha rechazado la petición de libertad provisional presentada por el hermano del presunto autor material, según informa el Diario de León. La decisión se basa en la creencia de que existe un riesgo significativo de fuga y en la gravedad de los delitos imputados.
La víctima, una mujer de la localidad que brindaba alojamiento temporal a dos ciudadanos portugueses, habría perdido la vida de manera violenta a manos de estos dos individuos. Ambos acusados se encuentran actualmente detenidos en el centro penitenciario de Villahierro desde poco después de los acontecimientos.
La Audiencia Provincial ha declarado que, según la evidencia recopilada hasta ahora, existe una certeza meramente indiciaria de la participación del investigado en un delito de hurto de vehículo y hurto, así como un delito de asesinato. Este último delito, considerado especialmente grave y sujeto a penas de prisión prolongadas, justifica la retención en prisión del sospechoso como medida para asegurar su presencia en el juicio y prevenir el riesgo de fuga.
La resolución de la Audiencia destaca la falta de domicilio y arraigo del acusado en España, así como sus antecedentes penales, como factores que respaldan la necesidad de mantenerlo en prisión. Además, se argumenta que la retención es esencial para evitar posibles amenazas a testigos, la comisión de nuevos delitos o la sustracción de la acción de la justicia, especialmente ahora que el acusado tiene pleno conocimiento de las acusaciones en su contra.
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial también ha subrayado la firme creencia en la seguridad de la presencia del acusado en un eventual juicio oral, ratificando la prisión provisional dictada por el juzgado de guardia de Astorga, donde se llevó a cabo la detención.
El trágico desenlace que sufrió Katia, la víctima, fue ejecutado por los sospechosos con una frialdad y rapidez impactantes. El método utilizado fue un corte preciso en el cuello, con la clara intención de causar la muerte. Posteriormente, se deshicieron del cuerpo, arrojándolo a un pozo.