El origen de León recreado como nunca antes: Así era el campamento romano, la antigua ciudad y todo lo que perdura de hace 21 siglos

La historia de León se remonta a hace más de 21 siglos, y es que la capital no sería lo que es hoy en día si en el año 29 a.C. la Legio VI Victrix no se hubiese asentado entre los ríos Bernesga y Torío.

José Martín | Dativo Rodríguez
25 de Diciembre de 2023
Actualizado: 25 de Diciembre de 2023 a las 20:17
campamento romano de leon portada

La historia de León se remonta a hace más de 21 siglos, y es que la capital no sería lo que es hoy en día si en el año 29 a.C. la Legio VI Victrix no se hubiese asentado entre los ríos Bernesga y Torío. Incluso en la actualidad, en León se puede vislumbrar una de esas calles que formaba el campamento romano que acogía a la Legio VI, legión que serviría para dar nombre a la ciudad.

León no está falta de historia, tras el primer asentamiento a finales del siglo I, en el año 74, la Legio VI Victrix es remplazada por la Legio VII Gemina. Esta segunda legión romana pasará más tiempo en lo que hoy conocemos como el casco histórico de León, llegando a asentarse hasta que en el año 476 caía el Imperio Romano de Occidente.

Desde entonces ha ido evolucionando hasta convertirse en la ciudad que conocemos, pero ¿qué restos quedan en León de aquellos siglos?

La muralla

Igual que lo hacía la ciudad, la muralla del campamento romano de la Legio VI y posteriormente la de la Legio VII también evolucionó con el paso de los años. El primer asentamiento, del siglo I a.C. contaba con una muralla de madera de unos 5 metros de altura que seguía una estructura sencilla. Dos muros de madera paralelos rellenos de la tierra sobrante del foso de extramuros y terminada con un parapeto, que en arquitectura se usa como elemento de protección ante las posibles caídas desde una estructura elevada.

Coincidiendo con la época Julio-Claudia del Imperio, la muralla del campamento se derribó para ser ampliada unos 20 metros por delante de la anterior. De esta manera, conseguían aumentar el espacio intramuros y así albergar barracones para las cohortes romanas. La estructura de la muralla no se modificaba en demasía, pues a lo realizado anteriormente, se le añadía una pendiente de tepes, bloques de tierra arcillosa que albergaban almenas de defensa. Esta muralla contaba con 5 metros de alto y 4 de ancho y ya comenzaba a usarse para realizar rondas sobre la misma.

Más tarde, entre los siglos I y II con la llegada de la Legio VII y coincidiendo con la época altoimperial, la pared exterior de la muralla se convertía en un muro de piedra colocada en ‘opus vitattum’, piedras hiladas de unos 30 centímetros; y el relleno del muro pasaba de tierra a ‘opus caementicium’, piedras unidas por un mortero de cal. Además, los muros crecían hasta los 6,5 metros de alto y por primera vez aparecían las torres de defensa, que podían alcanzar los 8 metros.

Esta muralla perduraría más tiempo que las anteriores, llegando hasta finales del siglo III y principios del siglo IV, cuando se construiría la muralla que aún perdura en León. El ‘opus caementicium’ crecía hasta los 10 metros de alto y hasta los 7 de ancho. La cerca se refuerza con las torres semicirculares o los ‘cubos’ que se conocen en la ciudad y de los que se puede disfrutar en la avenida de los cubos, la Era del Moro y la calle Ramon y Cajal.

Esa es la parte de la muralla romana que ha sobrevivido en León, el norte y parte de la cerca del este y del oeste, la zona sur desaparecería en favor de la posterior muralla medieval, que también se mantiene en la actualidad.

Puerta 'praetoria' o principal del campamento romano de León. ÁNGEL MORILLO

Las puertas

Pese a que la ubicación del Arco de la Carcel es la misma que la de la ‘porta decumana’ que plantea Ángel Morillo en ‘La porta principalis sinistra del campamento de la Legión VII Gémina en León. De la intervención arqueológica a la restitución virtual’, esta no es la puerta que existió en la muralla romana.

No obstante, esta no es la única puerta que tenía el campamento, pues también existieron la ‘porta preatoria’ (sur), la ‘porta principalis dextra’ (oeste) y la ‘porta principalis sinistra’. Como ya se ha comentado, la parte sur desapareció, pero aun así se conoce donde podría haber estado ubicada dicha puerta, en el cruce entre las calles Pozo y Platerias del barrio Húmedo. En cambio, las otras dos puertas son más que reconocibles, siendo puerta Obispo, o la ‘porta principalis sinistra’ de la que más se sabe debido a las excavaciones arqueológicas en la zona.

A pesar de que ahora mismo tan solo hay ruinas, cuando formaba parte del campamento, tal y como muestra el estudio de Ángel Morillo, “la ‘porta principalis sinistra’ era bífora y estaba flanqueada por dos grandes torres rectangulares gemelas de 12,80 metros de longitud y 5 de anchura, de las que sólo la situada al norte pudo excavarse totalmente, mientras que la contraria subyace bajo la calle actual. Las torres avanzaban 4 m respecto a la línea de la muralla”.

Por el lado oeste, estaría la ‘porta principalis dextra’, que estaría ubicada en el inicio de la actual calle Ancha, conectando ambas ‘portas pincipalis’, de dicha puerta no se tiene demasiados datos, pues con la ampliación de la cerca en época medieval, la puerta llegaba hasta la plaza de Santo Domingo.

Superficie que ocuparía el campamento romano, superpuesta sobre la actual ciudad León. ÁNGEL MORILLO

El callejero

El casco histórico de León ha cambiado mucho desde la época romana, pero hay una calle que permanece prácticamente intacta desde aquellos años, pero que supone una contradicción entre la historia romana y la ubicación del campamento en León. Tal y como cuenta la historia, en los campamentos romanos existía una calle principal que iba de este a oeste del campamento, en ese sentido, la calle Ancha sería dicha vía, pues aún hoy une el casco histórico de este a oeste. No obstante, según el estudio de Morillo, la calle Ancha coincide con lo que hubiese sido la ‘via principalis’, convirtiéndose de esta manera en la “calle mayor” del campamento.

Cripta de Puerta Obispo donde se encuentran los restos de las termas romanas

Las termas

Sin alejarnos mucho de la ‘via principalis’ y aun menos de puerta Obispo, León puede disfrutar aún de las termas del campamento romano, por desgracia, no lo hace en su máximo esplendor pues ahora ya solo quedan ruinas que se pueden ver en la cripta arqueológica. Según indica, el estudio ‘Las termas legionarias de león. Análisis e interpretación arqueológica de su ángulo sureste’ de Ángel Morillo, Rosalía Durán y Victorino García, estas termas estuvieron en su máxima ocupación desde el siglo I hasta el siglo XIII.

Ahora, esta cripta se puede disfrutar como una rica visita histórica a lo que un día fue el León Romano, no obstante, las fechas de visita son limitadas pues durante este año tan solo estuvieron abiertas al público durante el mes de marzo.

Anfiteatro romano. ÁNGEL MORILLO

El anfiteatro

Este edificio no formaba parte del campamento romano, mejor dicho, no estaba dentro del campamento, pues ubicado cerca de lo que pudo ser la ‘porta preatoria’ y concretamente en la calle Cascalerias, se encuentra el antiguo anfiteatro romano. Desde hace tiempo este espacio esta cerrado al público, pues desde 2015 está en un vaivén de subastas públicas en las que nadie termina por pujar por uno de los edificios que alberga la historia del León Romano. 

Reconstrucción del 'principia' o cuartel general romano de León. ÁNGEL MORILLO

El ‘Principia’

En el año 2004, una excavación arqueológica sacaba a la luz el edificio más emblemático y central de los campamentos romanos: los Principia. Estos servían como el cuartel general, centro administrativo y religioso para los legionarios. Dicha excavación se llevaba a cabo en la calle San Pelayo, próxima a la Catedral de León y descubría que los Principia eran distintivos por su imponente arquitectura y ubicación, opuesta a la unión de las dos calles principales del campamento militar. Se dividen en tres partes: un patio rodeado de galerías, un hall lateral en forma de cruz y, en la parte trasera, la capilla del regimiento. La excavación, que abarcó menos del 10% de los 7,000 metros cuadrados estimados que ocupaban los Principia en el recinto amurallado.

Este podría ser el último de los vestigios romanos que aún pueden verse en el León actual, que sin duda, no sería lo que es hoy sin que los romanos hubiesen dejado su huella entre los ríos Bernesga y Torío en el siglo I a.C.