El segundo mejor restaurante del mundo para comer carne, ese fue el galardón que la Bodega El Capricho recibió este 2024 del '101 World Best Steaks'. Pablo Cabezali de 'Cenando con Pablo' ha vuelto a Jiménez de Jamuz (León) para probar sus "imprescindibles".
En su quinta vista al "templo de las carnes de España", Pablo ha estado acompañado por David Valcarcel (@valcarmusic), que llegaba hasta las puertas del restaurante de José Gordón por tercera vez. Una visita que para ellos se ha hecho una parada obligatoria, al que recomiendan ir a "todo el mundo".
A pesar de que este era su segundo vídeo en la casa de José Gordón, en esta visita y gracias a la experiencia que le otorga haber pasado por este restaurante en cuatro ocasiones, sin contar la actual, quería "aportar valor a la gente, tengo la suerte de haber probado bastantes platos y quiero decirle a la gente cuáles son los imprescindibles".
Tras la presentación del vídeo y ya sentados en la mesa, Pablo aseguró que ir a la Bodega El Capricho y "no probar la cecina y la morcilla es peor que pegar a un padre con los calcetines sudados". Una afirmación que utilizó para justificar la "comida ligera" que iban a degustar Pablo y David.
En total, cinco entrantes, dos chuletas y tres postres que fueron probando uno a uno para ir sacando sus propias conclusiones e ir recomendando qué pedir en las posibles visitas de sus espectadores a El Capricho.
La "comida ligera"
Antes de comenzar, llegaba el aperitivo, un gazpacho de melón y una especie de ensalada de encurtidos con los que ir haciendo hambre para todo lo que estaba por llegar.
Lo primero de todo fue un gazpacho con virutas de cecina, un plato que gustó a ambos, pero al que Pablo puso una pega: la poca cantidad que les pusieron. "Muy fresquito y con el toque crujiente de la cecina, pero he ido a coctelerías que te ponen un martini más lleno", aseguraba Pablo.
Tras ello, llegaba el Carpaccio de Entrecot, una carne de 180 días de maduración cortada muy fina, de este destacaron "el sabor de la maduración" y es que, según aseguraron, estaba "muy acentuado, te da esa sensación de cuando pruebas algo muy curado, muy envejecido y aquí desde luego que lo encuentras".
El tercer entrante fue el Steak Tartar, carne de 40 días de maduración cortada a cuchillo con siete encurtidos y un picante de su huerta, sobre este, Pablo aseguró que le parecía "osado" opinar. Y es que, a pesar de que David comentase que estaba "muy bueno", Pablo remarcó que este steak tartar tiene como característica que "pruebas más la carne que el aliño. Me choca porque no estoy acostumbrado a este tipo de tartar. Está rico pero, creo que no es un imprescindible, no está malo, pero no es la bomba".
Llegaban entonces los entrantes de León: la cecina gran reserva y la morcilla de buey. Sobre la cecina, Pablo comentó que "es la bandera que nos debería unir a todos. Es una locura, si pides media como nosotros te vas a arrepentir, está para hacerle una reverencia".
Tampoco se quedó corta la morcilla, pues para Pablo es, "sin duda, un imprescindible. Está muy buena, es un gusto, la intensidad, el sabor...". Contestando a Pablo, David aseguró que "no soy mucho de morcilla, pero esta...", remarcando la calidad del producto que ofrece José Gordón, reinterpretando la morcilla haciéndola con buey y no con cerdo.
Los platos fuertes: Las chuletas
Fue entonces cuando llegaron los platos fuertes, las chuletas. Dos piezas, de un kilo cada una, de lomo bajo de buey y vaca que fueron cortadas en mesa por el propio José Gordón, un trato habitual en él, pues tal y como aseguraron es "un hombre muy cercano".
Pablo comentaba que la última vez la vaca había superado al buey, el rey de la casa de José Gordón, una situación que esta vez no se repitió y es que la chuleta de Selección José Gordón se impuso claramente a la chuleta de vaca premium.
Dos chuletas de las que destacaron el punto, pues la primera, de buey, llegó perfecta, en cambio, la segunda les pareció que había llegado pasada, algo que comentaron al propio José después de comérsela, con ayuda de sus perros. Fue entonces cuando José les ofreció otra chuleta más, que Pablo y David no aceptaron.
Llegaban los postres, en concreto tres, del que destacó la tarta de tres quesos. Una tarta "para los amantes del queso", pues según comentaron "es gourmet, no es de las dulcecitas, sabe a queso". Pasando a los cafés llegó el momento de la cuenta, 372 euros que finalmente no pagaron.
"No sé si ha sido por lo de la chuleta, o porque ya tenemos confianza y ha sido un gesto de la casa, pero al final no he pagado", comentaba Pablo mientras se despedía de sus espectadores a los que recomendó llegar hasta la pequeña localidad leonesa que cuenta con "una de las mejores experiencias del mundo cárnico de España".
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