Bodega El Capricho

La historia de El Capricho arranca a comienzos del siglo XX, cuando Segundo Gordón, abuelo de José, abre en una cueva que él mismo excavó en la tierra de Jiménez de Jamuz una bodega en la que poder practicar su pasión: la elaboración de vino. En los días de verano hacía también las veces de merendero y las jarras de vino fresco llegaban escoltadas por ensaladas de la huerta, deliciosas tortillas de huevos de corral, queso y embutidos hechos en casa que lugareños y turistas disfrutaban en tardes luminosas que a menudo se alargaban hasta la madrugada. El espíritu de aquellos primeros días está grabado a fuego en las paredes de nuestra cueva, que hoy, como entonces, continúa siendo un lugar para el encuentro, la conversación y el disfrute alrededor de los mejores productos
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